El subinspector Juan Roberto Castillo Díaz, procesado y absuelto en el proceso penal vinculado a la tregua entre pandillas, por los delitos de agrupaciones ilícitas y tráfico de objetos prohibidos, dijo que en su contra se ha cometido una gran injusticia y que lo han presentado como un “chivo expiatorio”.

El oficial de la PNC señaló que desde el principio se sometió al proceso porque tenía la seguridad que nunca cometió un delito y que es víctima de una condena mediática, no por lo que los medios de comunicación publicaron, sino por la intención que existió para proporcionar información alejada de la realidad.

“Como lo dijo el señor juez, con nosotros se ha cometido una tremenda injusticia, textualmente el señor juez así lo manifestó y en este caso le doy la gracias a mi abogado defensor, ha sido un proceso duro, difícil para nuestras carreras y familia”, sostuvo Castillo Díaz.

Según el subinspector, con este proceso se le ha expuesto y vulnerado la seguridad junto a su grupo familiar, lo cual es bien difícil de superar; agregó que en su casa hay una amenaza latente, ya que él entró en ese proceso de pacificación cumpliendo un rol institucional como oficial de la Policía.

La Fiscalía General de la República, en el proceso penal acusó al oficial por agrupaciones ilícitas, lo señaló de reunirse y negociar con los jefes de las pandillas una serie beneficios a cambio de reducir los homicidios y las extorsiones, presentó testigos que supuestamente lo ubicaron en los diversos penales reunido con las pandillas, y el tráfico de objetos prohibidos se lo atribuyó porque lo perfiló como la persona que introdujo de teléfonos celulares, cigarrillos, televisores, otros enseres o accesorios y hasta munición para armas de fuego que de acuerdo al Ministerio Público quedaron documentados en los libros de novedades de los recintos penitenciarios, en el caso de los celulares los introdujo en el Penal de Izalco disfrazados en cajas de pollo, sostuvo en el juicio la representación fiscal.