Pacientes con insuficiencia renal crónica denunciaron ayer a la Fiscalía General al director del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), al jefe de Medicina Interna del ISSS, Otto Iván Meléndez y a la jefa de Nefrología del ISSS, Verónica Colorado, por no cambiar la eritropoyetina alfa a beta, tras la sentencia dictada por la Sala de lo Constitucional.
Los pacientes manifestaron que el Seguro Social no ha hecho un análisis médico de la evolución de la enfermedad en cada uno, así los efectos secundarios y su impacto en la calidad de vida de los medicamentos que están suministrando.
A los pacientes, el Seguro, les aplicaba la eritropoyetina beta tres veces por semana, pero fue cambiada el 29 de febrero de 2016 por la eritropoyetina alfa con una aplicación de 12 veces al mes, lo que causa daños severos en la salud como presión arterial alta, dolores en las articulaciones y alergias.
“Tenemos pacientes que ya no ven, con sordera, dolores en las articulaciones, pacientes en sillas de ruedas, con muletas y es a causa de este medicamento”, manifestó el vicepresidente de Apredesal, Roberto Rivas.
El cambio del medicamento, detallaron los pacientes, tiene alrededor de 1,200 afectados a quienes el Seguro Social no brinda más opciones que suspender el medicamento o someterse a evaluaciones que pueden variar de seis a ocho meses.
“Me dijeron que me la iban a suspender, pero en realidad si las suspenden mi hemoglobina se va al suelo, se baja, entonces, no podemos estar así como pacientes renales”, señaló, Mónica Trujillo.