Uno de las principales actividades es “La Bajada”, el 5 de agosto, en honor al Divino Salvador del Mundo. / Óscar Machón


En un abrir y cerrar de ojos, el feriado agostino terminó y los salvadoreños disfrutaron los días entre actividades culturales, recreativas y religiosas. En los principales días se desarrolló la tradicional procesión del Divino Salvador del Mundo, desde la basílica del Sagrado Corazón y luego “La Bajada”, en el atrio de Catedral Metropolitana, que terminó con una alborada, pero también, los salvadoreños disfrutaron de las ruedas en el campo de la feria, de los dulces típicos y de las actividades preparadas por las autoridades municipales.

Previo a “La Bajada”, los fieles católicos recorrieron las calles de San Salvador. / Óscar Machón


 

Con el atardecer, los salvadoreños se despiden de las fiestas agostinas. / Diego García


 

La feligresía católica llegó a presenciar el acto de la transfiguración, origen de la festividad. / Óscar Machón


 

Chicos y grandes disfrutaron de las tradicionales ruedas, como el barco pirata. / Diego García


 



 

Los capitalinos aprovecharon el último día de vacaciones en El Tagadá, ubicado en el campo de la feria . / Diego García