Muchos esperaron horas para abrazar a sus familiares que tenían años de no ver. / Diego García


Un ambiente de nostalgia y emoción se respiraba en el Aeropuerto Internacional Monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, donde centenares de salvadoreños esperaban con ansias a sus seres queridos, que regresan al país en estas fechas.

Globos, carteles, rosas y hasta mascotas acompañan los deseos de los visitantes, quienes por instantes de pie o sentados, esperaban impacientes sin despegar la vista del área de las llegadas del aeropuerto, para ver los rostros de familiares que tienen años de no venir al país o de aquellos que viene cada año.

Uno de los meses más emblemáticos en nuestro país es diciembre, ya que las familias se unen para compartir con hermanos lejanos que retornan a El Salvador con la finalidad de disfrutar estas fechas.

Ese es el caso de Nuri Cortez, que viene desde Canadá acompañada de sus primos, con quienes cada año, visitan a sus demás familiares en el departamento de Ahuachapán con la esperanza de festejar y salir a visitar las playas del país.

“Venimos a las tierras que me vieron nacer y queremos visitar lugares turísticos en los 17 días que estaremos acá. Venimos a disfrutar con la familia, a disfrutar de la cena y comer unos tamalitos de pollo”, afirmó Cortez entre risas con sus primos.

Los salvadoreños abarrotaron ayer la sala de llegadas del aeropuerto internacional. / Diego García


Los abrazos, las sonrisas, historias y la comida no faltan en los pasillos, algunos familiares y amigos mantienen la espera hasta ver a sus familiares, entre historias de momentos vividos con ellos, quienes al momento de su llegada corren felices a su encuentro.

“Nosotros queremos hacer una cena de navidad con todos los demás para así disfrutar la unión familiar”, dijo Sonia Zúniga, quien expresó tener 16 años de no visitar al país, porque vive en Sacramento, California, pero este año no pudo pasar la oportunidad de visitar a su mamá y hermanos que viven en el departamento de San Salvador.

Por la mañana, las salas de espera se encuentran vacías, pero al acercarse la hora de llegada de los vuelos, como el sonido del motor de los aviones, familias completas llegan en carros y hasta en autobuses a recibir a sus familiares, aumentando también las filas de automóviles estacionados a la orilla de la autopista.

La cantidad de pasajeros que llegan al aeropuerto en estas fechas es grande, pero son más las personas llenas de emoción e impaciencia que esperan a sus familiares. Migración ya ha reportado un incremento en los ingresos al país.

Globos y flores eran los regalos para los hermanos lejanos. / DEM