Durante el mes, la parroquia ha realizado actividades por el centenario de Fátima. / Marcela Moreno


En sillas de ruedas, muletas o cubiertos de los ojos y apoyados por sus familiares, muchos salvadoreños llegaron ayer al santuario de la virgen de Fátima, en Cojutepeque, para devolver el milagro que asegura que la madre de Dios hizo en sus vidas.

Sin importar cuantas horas recorren y el cansancio, la migueleña Lasi Draní, viajó a Cojutepeque para cumplir una promesa.

“La visita es por la alegría que nos da y sobre todo darle gracias por cada uno de los milagros que nos ha dado. Soy migueleña y viajé por tres horas para venir a visitar a la virgen, sobre todo a cumplir mi promesa que hice cuando me di cuenta que tenía cáncer. Es por eso que no me importó madrugar, pero yo tenía que venir a cumplir lo que prometí hace cuatro años”, dijo.

Iveth de Blandón, maestra del Centro Escolar Católico Pablo VI expresó que como institución es importante fomentar en los jóvenes devoción y que puedan darse cuenta de que con la oración pueden buscar un buen camino y apartarse de las maras.

“Tenemos muchos feligreses del interior y exterior del país. La mayoría de éstos son feligreses de Guatemala (es de los países que más vienen a la celebración), deHonduras y la parte centroamericana acude mucho a esta celebración. Aunque, últimamente hemos tenido muchos feligreses estadounidenses y canadienses”, dijo Iris Bolaños, administradora del Santuario de Fátima.

Agregó que, para todo el mes, han preparado actividades dominicales dedicadas al matrimonio y a las familias.

Hoy, el santuario de Fátima espera recibir al menos a nueve mil feligreses para celebrar el centenario de las apariciones de la virgen María, bajo la advocación de Fátima.

El 13 de mayo de 1917, la virgen se apareció a los tres pastorcitos: Jacinta, Francisco y Lucía, en Fátima, Cova de Iría, Portugal.

El santuario de Fátima fue instaurado en 1949, durante el Congreso Mariano, y de acuerdo a la historia, se realizó un sorteo donde resultó favorecido Cojutepeque. La imagen fue traída desde Portugal, pero en 2001, fue dañada por los terremotos y fue sustituida por una nueva imagen.