¿Cuál fue su impresión al saber que el Papa Francisco lo nombró cardenal?
Me llamó madre Reina Angélica, la religiosa que trabaja conmigo en la parroquia, a la 5:00 a.m. y yo le dije “no es el día de los inocentes”, y ella me respondió que era en serio. Yo me quedé en silencio un rato, desconcertado, abrumado, sorprendido y luego puse radio María.
Estaban comenzando a rezar los salmos del día y recé todos los salmos con la radio y me fui serenando por todo lo que estaban diciendo los salmos. Después recé con las religiosas de la parroquia, en la capilla. Vino después la misa de las 6:30 a.m. y luego la nube de periodistas. Así comenzó todo y todavía sigo sorprendido y desconcertado, pero ahora sé que es verdad y que no es una broma ni una ilusión. Estamos tratando de digerir esta cosa que me sobrepasa totalmente.
¿Cuál fue la reacción de su familia?
Nos reunimos por la noche con todos ellos. Desde los hermanos hasta los sobrinos nietos. Fue un ambiente bonito, nos acompañó el Nuncio Apostólico, que estaba disponible. Fue una fiesta de familia sencilla, pero por supuesto con un gozo grande, verdad. Nadie se imaginaba que esto podía suceder.
¿Qué significa para usted ser nombrado cardenal?
Primero, no lo busqué. Sé que no lo merezco. Sé que el Papa tiene una razón por la cual pensó en mi nombre, pero no lo sé todavía. Hay muchas especulaciones, verdad.
Esperaré al santo padre, el día 28 y quizás me diga algo en esta línea, mientras tanto estaré en silencio porque sería una falta de respeto interpretar y entrar en la mente del santo padre sin estar seguro qué es lo que él piensa.
Ciertamente, es una decisión totalmente libre de él y atípica porque eso no podía suceder en la normas actuales de la iglesia.
¿Qué cambiará en su diario vivir?
Históricamente casi nada, porque yo espero volver acá al lugar donde me han visto en la misma rutina, pero, puede ser que el Papa me pida un servicio especial, ya que ya tengo dos cartas para las próximas salidas del país, para hacer tareas que él quiere que realice, pero hasta el momento no sé exactamente qué es lo que necesita el Papa de mí. Es normal que uno represente al Papa en algunos casos, pero no podría descartar que el Papa me nombre a una comisión del Vaticano, como miembro, eso supone ir un par de reuniones al año. Y lo más especial sería que me dijera “quédate aquí”, apoyándome en cualquier cosa, aunque creo que no va a ser así, pero todas éstas son sus opciones.
Yo espero volver acá y seguir con la misma rutina de siempre, solo que con algunas tareas especiales que el Papa me quiera confiar.
¿Cuáles serán las obligaciones que usted tendrá cuando sea nombrado como nuevo cardenal?
Hay que recordar que somos el senado del Papa, por tanto somos sus colaboradores más directos y sin intermediarios. Yo me imaginaba una reunión en la sala de estar del Papa, conversando con nosotros como cuando uno invita a sus amigos a cenar. Conversando de una forma espontánea, cordial y con toda confianza y eso es una cosa tremenda y eso va a pasar, porque él escoge pensando en la persona en la cual él puede confiar y pueda contar con ella. ¿Por qué el Papa pensó que yo era de confianza para él?, yo no lo sé, pero ciertamente el cargo implica un contacto directo con el Papa, sin intermediarios y tiene montón de consecuencias para el país y eso hay que valorarlo, porque pueden llevar al Papa a una inquietud o pedir al Papa una orientación directamente tiene un gran valor.
Ser una persona más cercana al Papa Francisco, ¿Podría influir en el proceso de canonización del beato Romero?
Está ligado este nombramiento a monseñor Romero. Yo digo él lo merecía, yo iré en su nombre a recibirlo. Él fue cardenal porque derramó su sangre por Cristo, que esa es la razón de un cardenal. Es decir, estar dispuesto a derramar su sangre por Cristo y por la Iglesia. Entonces, yo así siento este momento de mi vida que él está detrás de todo esto y ya le encomendé a él la misión que voy a comenzar a cumplir a partir del 28 de junio.
Con lo que me decías, todavía no lo sé, pero esperemos y oremos a que pueda ser así, pero como no he hablado con el Santo Papa no podría decir qué puede pasar.
¿Podría el Papa visitar el país?
De eso hablábamos nosotros con el Papa en marzo, todos los obispos, pero la conclusión del diálogo es que él quisiera estar en El Salvador, ciertamente, pero el proceso de monseñor Romero pasa por etapas que aún no se han cumplido. Lo más importante es que hay que prepararse para esa gracia. Esa gracia hay que merecerla y nosotros no estamos preparados como país. La visita del Papa al país no lo merecemos todavía, por todo lo que está pasando en el país, por la política, por las muertes, por todo. Eso hay que esclarecerlo porque es una gracia que viene de Dios y hay que saberla acoger con responsabilidad.
¿Hay algún cambio en el protocolo?
En los actos protocolarios oficiales cuando es un obispo se le dice excelencia. Cuando es un cardenal se le dice eminencia, pero en el lenguaje corriente, a mí me gustaría que me sigan llamando monseñor, igual que antes. Sin embargo, en los eventos y en los momentos muy oficiales sí tendríamos que usar ya los títulos que manda el protocolo, pero por lo demás todo seguirá igual.
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