Las calles de Wuhan lucen abandonadas y todos los que se atreven a salir a las calles usan mascarillas./Foto Rebeca Castrillo.


Desde el 31 de diciembre, la ciudad china de Wuhan es el epicentro de una epidemia de influenza generada por un coronavirus que ha resultado mortal en decenas de personas y ha afectado ya casi a cerca de un millar de personas alrededor del mundo.

Tres casos ya se reportan en Estados Unidos.

Ahí en Wuhan, en la Universidad Central China Normal, viven tres jóvenes salvadoreñas. Rebeca Castrillo, Daniela López Díaz y Susy Melgar llegaron hace cinco meses a Wuhan con una beca del gobierno de ese país. Las recibió una vibrante ciudad llena de turistas, enorme cantidad de gente, vehículos y motos. Pero según Rebeca, la ciudad hoy se parece más a una película de zombies, totalmente vacía, opacada por el virus.

Rebeca Castrillo (en primer plano, de anteojos) y Daniela López (primera a la izquierda) junto a otros dos estudiantes en Wuhan, China, antes de la crisis del coronavirus.


 

“Los estudiantes extranjeros hemos sido instruidos con una serie de recomendaciones que las autoridades de la universidad nos han brindado para mantenernos a salvo del virus”, explica Rebeca Castrillo, quien asegura que las medidas de prevención son extraordinarias.

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Rebeca, de 23 años y originaria de San Salvador, relata que han sido aislados del exterior: “Únicamente podemos salir a comprar comida u otros elementos que sustenten nuestras necesidades”.

Las salvadoreñas estaban de vacaciones por el Año Nuevo Lunar Chino y tenían planes de conocer la ciudad u otros lugares emblemáticos de China pero todo cambió con el coronavirus.

“No queda más que estudiar, leer la Biblia, escuchar música y alabanzas, revisar redes sociales. No hay otra opción”, dice Rebeca, quien agradece a sus amigos salvadoreños que le escriben para expresarle su preocupación.

La estación del metro de Wuhan, más cercana a la universidad donde estudian las salvadoreñas está clausurada. Foto: Rebeca Castrillo


Tanto Rebeca como Daniela han logrado hablar con sus familiares en El Salvador y aunque intentan transmitirles tranquilidad, están conscientes de la gravedad de su situación.

“Les pido que oren por China para que el coronavirus no siga cruzando fronteras y cobrando vidas. Confiamos en dios y el gobierno chino que harán lo que esté el alcance de sus manos que encontrarán cura a esta enfermedad”, dice Rebeca.

El grupo de 35 becarios salvadoreños que viajaron a China hace cinco meses. En la primera fila (cuarta de izquierda a derecha) aparece Daniela López, junto a ella, a la derecha, Rebeca Castrillo.


 

Sobre Wuhan

La ciudad de Wuhan, de plena actualidad por estar en el origen de una epidemia de neumonía viral, es una megalópolis industrial situada en el centro de China.

Esta capital regional, con 11 millones de habitantes, donde apareció un nuevo coronavirus en diciembre, está aislada del mundo desde que fue puesta en cuarentena el pasado jueves.

Otra imagen de Wuhan./Rebeca Castrillo.


- Nudo de comunicaciones

Wuhan está en el cruce de dos ejes importantes: el Yangtsé, el río más largo de Asia, que cruza la ciudad de oeste a este, y el eje norte-sur, Pekín-Hong Kong.

Capital de la provincia de Hubei, la ciudad asistió en 1957 a la apertura del primer puente construido sobre el Yangtsé.

Debido a su localización estratégica, en Wuhan se encuentran varios consulados (Francia, Reino Unido, Estados Unidos) y es una plataforma aeroportuaria de importancia, con conexiones directas a Europa, Oriente Medio y Estados Unidos.