Los salvadoreños somos tozudos y no nos gusta seguir las reglas, de manera que una buena parte de ciudadanos no han atendido las medidas preventivas para que no haya propagación del coronavirus, por ahí encuentran eco las disposiciones arbitrarias que se han venido tomando en el marco de la cuarentena. Por otra parte, el Gobierno Central, tiene varios días de no proporcionar información oficial a los salvadoreños con datos reales, de cómo van las estadísticas del coronavirus, es decir, no se sabe, si está decreciendo, si esta plana la gráfica o si va en ascenso, toda esta incertidumbre, genera especulación sobre el futuro de la seguridad alimentaria.

Por otro lado, es crítico que los médicos, enfermeras y el resto de personal de los hospitales, no cuenten con los insumos necesarios para hacerle frente a la crisis, lamentable leer las múltiples quejas en las redes sociales de profesionales de la salud, en la que denuncian la incompetencia de cómo se están manejando las medidas preventivas, basadas en el azar o la improvisación. De no ser por esas denuncias, no se tuviera ahora la alimentación o un lugar apropiado para alojar a estos héroes nacionales, en virtud que son ellos los que están exponiendo sus vidas, que, dicho sea de paso, ya les prohibieron los del Gobierno que dejen de estarse quejando en las redes sociales.

De manera que existe una desorganización que no se le encuentra manos ni pies, creo que aún es tiempo que se pueda corregir si la presidencia con humildad reconoce que necesita ayuda y si se hace a un lado y les da paso a profesionales capaces en el manejo de la crisis, epidemiólogos, patólogos, especialistas, es decir articular todo un esfuerzo con las mejores mentes del país, para equilibrar tanto la prevención con la productividad, después de todo es la salud la que depende de la economía y no al revés, ya que los médicos, enfermeras, insumos, electricidad, agua potable, vigilancia, y los salarios de funcionarios públicos que no hacen anda, se les paga don dinero.

De que servirá tanta prevención, si en un par de días miles de familias salvadoreñas no tendrá que comer, esto sin duda puede fomentar que por hambre se pueda caer en saqueos y protestas, como está ocurriendo en Colombia y ciertos lugares de Honduras, se debe aprender de la historia para no repetir los mimos errores de desabastecimiento alimentario, ya que es bien fácil decir, desde la comodidad del despacho presidencial u otros despachos del Gobierno Central, quédense en casa, cuando se tiene todas las comodidades que la vida necesita, alimento de príncipes, aire acondicionado, guardaespaldas, camionetas de lujo, gasolina y seguro médico hospitalario.

Versus la vida del proletariado, el campesino, el obrero, el vendedor ambulante, el comerciante y el artesano. Les recuerdo que muchos de estos obreros, subsisten con tres dólares diarios, y no con $200 diarios que ganan en promedio los funcionarios de alto nivel del gobierno, de modo es que es obscenamente vergonzoso esos salarios, habiendo tanta necesidad y epidemiólogos y especialistas mal pagados. Empatía es lo que se requiere y entender que muchos salvadoreños no salen porque sean tozudos o porque les guste andar silbando en la loma, sino que andan ganando el alimento, de forma clandestina.

Ya que los diputados no tuvieron el valor de equilibrar la balanza entre prevención y productividad, al aprobar por 15 días más el Régimen de Excepción, de lo cual ha surgido una gran cantidad de arbitrariedades y abusos a los Derechos Humanos, en la que miles de compatriotas han sufrido y están sufriendo estas ilegalidades, basta con ver los centros de contención en la que algunos personas, llevan 40 días y hasta con tres pruebas que no tienen el covid-19, pero aun así continúan detenidos sin causa, pese que la Sala de lo Constitucional, ha ordenado su liberación inmediata.

Que decir de los que están deteniendo por violar la cuarentena, con un decreto ilegitimo, y sin control constitucional, donde el policía o el soldado a discreción le da mayor validez a un Twitter presidencial, que lo que dice la misma Constitución. No olvidemos el cerco militar que se impuso a los habitantes de La Libertad, aplicado un Estado de Sitio, que no aparece en ningún decreto, donde el mismo Fiscal General, fue objeto del improperio, por estas razones y por las que se avecinan, es fundamental cuidar el sistema de frenos y contrapesos.