El próximo año, 3 de febrero de 2019, son las elecciones para tener a un nuevo Ejecutivo y, se espera que los que lleguen a gobernar sean personas honradas y que tengan visión de país. Ya estamos hartos de ver a políticos y funcionarios llenarse los bolsillos con el dinero del pueblo. Se han preguntado cuántas escuelas, hospitales o universidades públicas se hubiesen construido con el dinero robado por los dos expresidentes. Dinero que nunca se recuperará. La precariedad en las zonas rurales es evidente, escuelas sin infraestructura óptimas, sin bibliotecas, acceso a Internet o a electricidad; hospitales con escasez de medicamentos. Son casi $700 millones, entre los dos gobiernos, que sirvieron solo para enriquecer a unos cuantos. Es casi la cuarta parte del Producto Interno Bruto. Ojalá, los próximos gobernantes sean probos.
En Centro América la corrupción de los funcionarios ha dejado al descubierto que llegan a aprovecharse. En El Salvador, por eso, ya muchas personas no confían en los políticos. Veamos el caso de Antonio Saca y sus súbditos. Ese dinero hubiese servido para muchos pobres, que por cierto son 2.3 millones. Es increíble ver las leyes en este país ¿Hasta cuándo habrá un sistema judicial equilibrado y que cumpla la ley sin manoseos? Nombres de funcionarios que se enriquecieron hay en abundancia, no vale la pena mencionarlos. A algunos las leyes los protegen o hasta se escudan en otros países para que no los apresen.
La política siempre será el tema en el cual los salvadoreños tratarán de resolver tantos problemas que aquejan a casi todos. Casi todos: ya que, ese grupito de corruptos que se hicieron millonarios, gracias al esfuerzo del trabajo de todos, gozan. Tanto ARENA como el FMLN han cometido errores ¿Será que tendremos un nuevo partido político gobernando? ¿Se terminarán los casos de corrupción? En toda la cosa política, solamente el partido político VAMOS y sus candidatos se escapan de un pasado oscuro. Aunque, hasta el más educado y estudiado candidato peca al ver el arca abierta. Gane quien gane, le espera un país que no tiene recursos naturales, la agricultura es un soporte para muchos hogares y, el panorama educativo siempre se mantiene con deserciones debido a la delincuencia. Así será difícil que la juventud progrese.
No será fácil limpiar un sistema corrupto, no será fácil que el país se encamine a salir del subdesarrollo, si los recursos que se tienen para gobernar se escapan como ladrón que llega a un banco, pero sin guardias de seguridad, ¿cómo podremos ver un futuro prometedor? ¿Qué proponen los candidatos presidenciales? ¿O solo van de mitin en mitin hablando maravillas? El pueblo quiere que todos presenten un plan de gobierno, propuestas y soluciones. Los problemas que nos aquejan ya se conocen, se espera que presenten para cada rubro propuestas factibles. Por ejemplo en agricultura, con el cambio climático, se espera tener investigaciones para afrontar sequías, se espera tener un sistema moderno como el que utilizan en Israel para tener una agricultura sin pérdidas.
A los futuros gobernantes les espera limpiar las corruptelas, tienen que buscar inversión para este país y, para ello, deben de erradicar la delincuencia e inseguridad, menudo problema que no será fácil enfrentarlo. Ojalá que los ministerios tengan a personas capaces e idóneas. El desfalco o corrupciones, no solo puede ser del Presidente de la república, también se evidencia en otras entidades como alcaldías, jueces corruptos, policía recibiendo extorsiones, etc.
El futuro de un país es incierto cuando siempre se está leyendo noticias de funcionarios sin ética. El Salvador fue en un momento ejemplo para la región; la caficultura era el principal impulsor del desarrollo y en la actualidad, los índices económicos parece que no despegan. Hacen falta más oportunidades laborales, más empresarios para invertir. Es lógico que la economía de El Salvador se mantiene gracias a las remesas. Es momento de reflexionar y pensar hasta en el futuro que tendrán las nuevas generaciones.