Les espera un trabajo tedioso a los cuatro magistrados de la Sala de lo Constitucional; ya que, los ciudadanos tienen aproximadamente 172 procesos en donde reclaman sus derechos de seguridad, salud, demandas laborales, etc. Que bien no llegaron a las elecciones del 3 de febrero, hubiese sido peligroso para la democracia. A tiempo negociaron. Siempre se escucharán disconformidades. Este país así es. Y, se han tenido, de parte de políticos, hasta negociaciones con pandilleros para ganar votos.
Recordemos que, las negociaciones amañadas se dan por doquier. En nuestro diario vivir, si usted desea pasar la frontera para ir a Guatemala, siempre habrá alguien que desea “una mordida” o siempre habrá un abogado mafioso tergiversando los documentos para que alguien pase ilegal. En esas fronteras se dan tantas negociaciones extrañas. Al final del día, hubo dinero debajo de la mesa.
La Fiscalía General de la República hace su trabajo; sin embargo, las negociaciones “amañadas” se darán en los juzgados y en toda oficina en donde se hable de aspectos jurídicos. El que tiene dinero podrá chantajear a un juez o fiscal y, todos sabemos el final. El más pobre quedará preso por muchos años, con solo el hecho de haber cometido un pequeño ilícito. El que roba millones tendrá medias penas o inventa que está enfermo para no tocar bartolinas. Aclaro que, sea pequeño o grande el delito, según las leyes, así debería ser la condena. Retomo lo que dijo el único Santo salvadoreño, Romero: “La serpiente muerde solo al pobre, al indefenso, al de pies descalzos”.
En todo ambiente donde haya burocracia, siempre hay negociaciones de parte de personas inescrupulosas. En una alcaldía, el que tiene amistades con el edil, podrá operar negocios extraños, evitará impuestos y tantas formas de hacer trampa. Al final de cada historia fraudulenta, siempre un empleado verá o escuchará. Nadie está exento de irse de este mundo creyendo que ni la sombra supo de sus malos pasos.
El otro año vendrán negociaciones desde Casa Presidencial. Y no importa quien quede electo. Los diputados tendrán siempre la llave. Esperemos ver qué sucede. Los tres Poderes del Estado tendrán que negociar entre ellos. La Asamblea Legislativa estará más ocupada negociando. Parece que cada quien cuida sus intereses. El pueblo siempre vigilará que todo marche bien. No tenemos referendums o procedimientos jurídicos sometidos al voto popular como en otros países; empero, el pueblo se manifiesta hasta en las redes sociales. Por ejemplo: la elección de los Magistrados fue abucheada por el pueblo al no cumplirse los plazos.
Las negociaciones pueden ser también positivas, aunque pasen desapercibidas. El Ejecutivo hace sus negociaciones con los países que hablan su idioma o su ideología. Al actual Presidente le gusta hablar bien de países socialistas como Nicaragua, Venezuela y Cuba. Al mismo candidato Hugo Martínez le desagrada que, los dirigentes del FMLN alaben a los mandatarios de esos países. Cada quien con sus convenios.
Dicen que el pueblo ya abrió los ojos, que no se lo enganchan. Basta con ver a las personas enterándose en las redes sociales de las noticias. Actualmente, el pueblo no es un público expectador, se ha convertido en crítico, opina y apunta con el dedo negociaciones fraudalentas en todas las esferas, sea cultural, política, social, etc. Bueno, hasta en el fútbol hemos tenido “amaños”.
Los candidatos presidenciales, por ejemplo, siguen negociando con el votante. Le demuestran que tienen la solución a tantos problemas. Todos sabemos que el ganador tendrá a un país endeudado, caravanas de migrantes, con las pandillas creciendo, inseguridad, etcétera ¿Se pondrán de acuerdo los diputados y el Presidente electo?, ¿los tres poderes del Estado trabajarán sin corruptelas?
Las negociaciones ayudan a que un país marche correctamente. Todos deseamos a funcionarios probos y que no sigan mercantilizando para su provecho. Necesitamos un país con un futuro prometedor.