No es apocalíptico el título de este artículo; sin embargo, urge que se tomen medidas para salvar la caficultura. La caficultura agoniza especialmente para los pequeños y medianos productores, quienes viven en un 100% de ese maravilloso cultivo. Existen concursos como “Taza de Excelencia”; sin embargo, no todos tienen esos privilegios. Según el Consejo Salvadoreño del Café (CSC), la cosecha 1992-1993 fue de 4,306,200 quintales oro; mientras el ciclo 2019-2020 fue de 721,587 quintales oro.

Este año, 2020, según lo que se analiza, el gobierno no dará cafetos a los productores. ¿Qué pasará con los “viveristas” que viven de vender café? En otro artículo incorporé estas interrogantes: ¿Espera el gobierno que desaparezca la caficultura? ¿Ya analizó el impacto ambiental que está sufriendo el país por el problema de la roya y los precios del café? ¿Cómo hacer para reactivar el exgrano de oro?

Realicé una investigación que presenté en un congreso en la Universidad de Sevilla. Fueron 92 encuestados a través de Google Drive. Gracias a la Asociación Cafetalera de El Salvador (Acafesal) y Consejo Salvadoreño del Café por colaborar. ¿Cuál es el problema más crítico que enfrenta la caficultura en El Salvador? La respuesta fue que los precios internacionales (50%) y la falta de políticas de apoyo de parte del gobierno (27%).

¿Qué problemas cree que genera más el declive de la caficultura? La delincuencia, deforestación, lotificaciones y la disminución del empleo.

Cuando no se trabajan las fincas, se genera en esa localidad o región desempleo, las personas emigran y el dueño termina lotificando la finca y sembrando otros cultivos como: maíz y frijol. Da tristeza ver aquellas plantaciones de café convertidos en “huatales”. El 68% de los encuestados diversificaría la finca.

¿Qué es lo más factible para salvar la caficultura? La exportación a nuevos países, la condonación de las deudas y la asociatividad con otros cafetaleros. Como fue una pregunta abierta, los cafetaleros manifestaron: 1. La diversificación y retornar a las prácticas tradicionales de cultivo, que fueron muy buenas en el pasado, no veo ninguna otra forma que la caficultura puede volver a ser rentable. 2. Adquirir análisis portables para prevenir enfermedades como la roya. 3. Tomar ejemplos como el caso de Honduras, donde el Estado, los gobiernos municipales, empresa privada y asociación cafetalera se unieron. 4. Facilitar la venta de café a precio justo, tanto en el interior y el exterior. Incentivar la cultura del consumo de nuestro (excelente) café. 5. Financiamiento diferente y adecuado a los tiempos de resiembra. 6. Restructurar deuda café a 25 años plazo. 7. Políticas de Estado para fortalecer el sector cafetalero.

Una interrogante que hace repensar lo que fue el café y en la situación crítica en la que está ¿El café se extinguirá o perderá valor, igual que el añil y el algodón? El 43 % de los cafetaleros mencionó que sí. Preocupante.

Entre algunas conclusiones encontradas en la investigación son:

  1. Se analiza que el café va perdiendo terreno. En el 2010 se cultivaban 217,000 manzanas y en el año 2018 se registra 140,000 manzanas cultivadas. Es una reducción del 35 %.

  2. Para salvar la caficultura se necesita exportar a nuevos países y la condonación de las deudas.

  3. En el año 2050, según estudio del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), en El Salvador, se perderá más del 35 % del área de cultivo de café adecuada debido al cambio climático.


Algunas recomendaciones para salvar la caficultura son:

  1. Diversificar la entrega de cafetos según la altura.

  2. Fortalecer PROCAFE como instituto de investigación.

  3. Buscar más países para exportación.

  4. Diversificar las fincas (en donde sea factible) para poder tener otras entradas, siendo el cacao, aguacate y cítricos los cultivos más viables.

  5. La genética del café ha servido mucho con respecto a la resiliencia del café; las investigaciones y nuevos tipos de cafetos, han logrado soportar la roya y otros hongos.

  6. Se debe condonar las deudas del Fideicomiso Ambiental para la Conservación del Bosque Cafetalero (FICAFE), otras deudas con bancos estatales para poder estar libres de créditos y poder reforestar las fincas.


El problema de la caficultura continúa y se necesita reactivarla antes que sea demasiado tarde. Las exportaciones decaen cada año, muchas personas emigran por no encontrar trabajo en las fincas, las lotificaciones no cesan y el impacto medio ambiental es palpable. Unos 20,000 cafetaleros buscan soluciones a esta problemática.