El pueblo aún no conoce cuál es la ideología de Nuevas Ideas o del partido político del presidente Bukele; lo que sí conocemos es la forma de comunicar sus órdenes presidenciales. ¿Es la forma correcta de dar órdenes a través de la red social Twitter? Ordeno quitar… ordeno esto… ordeno aquello. Desde el día que lo juramentaron como Presidente de El Salvador, se observó una forma diferente de exhortar el discurso, su forma de vestir, la retórica del mensaje y otros mensajes poco acostumbrados. Suficiente con observar el nuevo logotipo del Escudo de El Salvador.

Todos estábamos con las expectativas que hablara sobre lo que hará durante el quinquenio. Algunas metáforas son las que sacaron las dudas. El discurso no fue para todos los estratos sociales. En la actualidad, esa medicina amarga que mencionó le está dando resultados. Los despidos de la argolla o nepotismo que tuvo el expresidente Sánchez Cerén están tuitendo.

Se analiza desde una perspectiva semiótica que, Bukele, quien también es considerado un presidente “millenial”, buscará erradicar la corrupción. La excepción sería que, no hubiese incorporado a familiares y amigos en su gabinete, aunque eso, todos los presidentes lo han realizado. Un punto importante es que evadió nombrar a personajes de la política que no son bien vistos. Para qué decir de quiénes hablo. Eso sí, todos nos recordamos que su paso al poder fue como tener un bebé, pero con vientre alquilado. Gana fue el pasaporte.

Desde el primer día en el poder mandó el primer tuit, la primera orden fue de cambiarle el nombre a la Tercera Brigada de Infantería en San Miguel. Los comentarios pulularon en las redes sociales. Algunos apoyando al coronel Domingo Monterrosa y otros agradecidos por el cambio de nombre.

Volviendo a la realidad nacional, el ajedrez ya tiene todas las piezas, lo que esperamos es que cada funcionario, con su debido puesto y con credenciales óptimas, cumplan las promesas. Nombró a ministras con excelentes hojas de vida. Lo que un mandatario tiene que evaluar es, quiénes tienen capacidad para dirigir un ministerio, creo que el ministro de Obras Públicas está muy joven para dirigir.

Con respecto a brindar plazas laborales, es de aplaudir la oportunidad que le brindó al arquitecto que elabora los buses de cartón. Qué bueno al verificar el talento del profesional recién graduado, quien no tiene ni recursos para desarrollarse y explotar sus conocimientos y capacidades. Ya tiene trabajo en el nuevo gobierno. Bukele está haciendo reingeniería, ha eliminado Secretarías y ha fusionado algunas dependencias.

El pueblo está aplaudiendo el despido de la argolla de familiares que tenía empleados Sánchez Cerén y otros funcionarios del FMLN. Lo que también debe hacer Bukele a través de sus órdenes es que indague sobre las plazas fantasmas en la Asamblea Legislativa. Cuando Mauricio Funes acuñó la frase “La fábrica de empleos”, el pueblo soñaba con miles de plazas al año; empero, parece que la fábrica de empleos fue para los familiares más cercanos en los dos quinquenios del FMLN.

Gobernar no le será fácil al presidente tuitero, pero el hecho de empezar limpiando esas plazas, es un buen augurio. En 100 días se espera ver los primeros frutos, una práctica que viene desde el expresidente de Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt en 1933.

La forma de gobernar del presidente Bukele es diferente. Lo que ha cambiado son los canales de comunicación, su forma de aplicar el protocolo y de comentar a través de las redes sociales. Los primeros memes se viralizaron rápidamente. Ya son una tendencia.

Es sabido que una orden del Presidente no es la misma orden que emana de los otros Órganos o Poderes del Estado. No puede ordenar al presidente de la Corte Suprema de Justicia que elimine o cambie una ley. Aunque sabemos que, derogar o sancionar una ley es lo que hace el presidente. Con la nueva forma de gobernar, hasta los periodistas tendrán que ingeniárselas para poder entrevistar al Presidente.

Esperemos que todo funcione según lo dicta la Carta Magna. El barco ya tomó un rumbo diferente al acostumbrado, y se espera que el capitán mande con probidad, respeto y con la garantía, que todo saldrá bien.