Pabellón I del Centro Internacional de Ferias y Convenciones (Cifco), uno de los centros de votación más gran-des del país presenció pocos votantes en horas de la mañana. / Fátima Muñoz


El pasado 3 de febrero, en el marco de las elecciones presidenciales, distintos centros de votación del país fueron aperturados con varios minutos de retraso; mientras tanto, en otros centros se permitió el ingreso de votantes sin ningún inconveniente. Sin embargo, se destacó la poca presencia de salvadoreños ejerciendo el derecho de elegir al candidato que gobernará durante los próximos cinco años.

El Centro Internacional de Ferias y Convenciones (Cifco) abrió sus puertas a los votantes a las 7:03 a.m. y durante toda la mañana se destacó la poca presencia de votantes, en comparación a elecciones anteriores. El abstencionismo fue latente en estas elecciones presidenciales, una gran parte de salvadoreños mostraron su descontento a los diferentes partidos políticos y a sus candidatos, por temas como el robo de dinero, corrupciones, preferencias religiosas y falta de propuestas para un plan de gobierno.

Una cantidad considerable de personas decidieron no votar y desplazarse hacia centros turísticos, parques, iglesias, cafeterías o simplemente tomarse un descanso en casa. Débora Anaya, residente de Santa Tecla, decidió dar un paseo por el Centro Histórico de San Salvador y afirma que las elecciones presidenciales no son de su interés, no es simpatizante de ningún partido político y cree que su voto no haría la diferencia en los resultados.

Por otra parte, el parque acuático Los Chorros presenciaba pocas pocas personas, sin embargo, en su mayoría no ejercieron el voto. “No pretendo ir a votar, no me convence ningún candidato; es mejor no perder el tiempo”, declaró Sandra Cañénguez, originaria del departamento de San Salvador. Al igual que Sandra, muchas personas en diversas zonas del área metropolitana muestran su descontento a través del ausentismo en los centros de votación y en otros casos con la anulación de votos.

En las pasadas seis elecciones presidenciales realizadas entre los años 1994 al 2014, la asistencia alcanzó un 67 %, dato correspondiente al año 2004, dicho porcentaje no se ha podido superar en las elecciones siguientes y es que cada vez los salvadoreños muestran su descontento en este tipo de eventos políticos.