Juan Sebastián Chamorro, de la Alianza Cívica por la Justicia, junto a la pareja presidencial. / Cortesía


El presidente Nayib Bukele invitó a dos prominentes líderes de la oposición nicaragüense a la ceremonia de traspaso de mando, precisamente a la misma que no invitó al gobernante de ese país, Daniel Ortega, ni al venezolano Nicolás Maduro.

“Yo lo entendería como un mensaje a las fuerzas democráticas en Nicaragua. El pueblo salvadoreño y el pueblo nicaragüense tenemos muchos lazos de amistad y familiares, obedeciendo a estos lazos es que se hizo esta invitación formal del presidente Bukele”, explicó Juan Sebastián Cha­morro, miembro de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que aglutina organizaciones opositoras del régimen de Ortega.

A Chamorro lo acompañó también Michael Healey. Explicó que espera que el gobierno de Bukele, quien ha criticado en el pasado al régimen de Ortega, apoye al restablecimiento de la democracia en Nicaragua.

“Esperamos de entrada un voto más en la OEA (Organización de Estados Americanos), apoyo en las gestiones internacionales por el restablecimiento de la democracia en Nicaragua. Es realmente importante que el concierto de países centroamericanos sobre todo, que son los más afectados por la crisis nicaragüense, contribuyan a buscarle una solución lo más pronto a la crisis”, dijo. Para Chamorro, la solución a la crisis nicaragüense implica elecciones libres, transparentes, democráticas y anticipadas.

Desde abril de 2018, miles de nicaragüenses han protestado contra el régimen de Ortega que ha desatado una feroz represión. Según Chamorro, la situación actual se divide en tres factores: humano, la crisis humanitaria que ha dejado más de 450 muertos, más de 60 mil exiliados; derechos humanos, más de 700 presos políticos; y una crisis económica, la peor crisis económica de los últimos 40 años.