La interpelación al ministro de la Defensa Nacional, René Merino Monroy, que se realizará el sábado 21 de marzo, no concluirá en una destitución, aunque los diputados lo recomienden.
El presidente de la República, Nayib Bukele, está decidido a no destituir al funcionario y ha advertido que, mientras los diputados lo interpelen más, más lo blindarán.
De acuerdo al reglamento interior legislativo, los diputados pueden recomendar la destitución de un funcionario luego de la interpelación, pero esta recomendación no es vinculante, es decir, el mandatario no está obligado a separar al funcionario.
La única recomendación de destitución vinculante es la referida a los jefes de seguridad pública o de inteligencia del Estado “por causa de graves violaciones a los derechos humanos”.
La Asamblea no ha aprobado interpelaciones contra el ministro de Seguridad Pública, ni contra el titular del Organismo de Inteligencia del Estado.
Para Bukele, las interpelaciones a los funcionarios del Ejecutivo por los hechos ocurridos el 9 de febrero pasado son cortinas de humo que muestran que la Asamblea Legislativa tiene tiempo de sobra sin aprobar una verdadera Ley de Reconciliación Nacional, fondos para la seguridad de los salvadoreños, una ley de agua.
“Ahora resulta que quieren interpelar a quienes nos mantienen seguros. Hombre, mejor que digan que quieren que los mareros maten a la gente. Quieren interpelar al ministro, financian a los terroristas”, afirmó.
Comisión especial
El próximo martes por la tarde una Comisión Especial, dirigida por el diputado Alberto Romero, iniciará la investigación de lo que ocurrió el 9 de febrero pasado.
La Asamblea Legislativa ha convocado al ministro de la Defensa Nacional para el 21 de marzo a una interpelación por lo ocurrido. Han preparado 16 preguntas, de las cuales resalta sobre cuál fue la cadena de mando.