El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) debe elaborar un estudio de impacto ambiental "técnico y sin presión política" antes de construir el nuevo estadio El Salvador, que se pagará con la cooperación de la República Popular China en el último gran pulmón de San Salvador, la finca El Espino. Así lo advierten ambientalistas y expertos de vida silvestre en el país.
Durante la entrevista radial de Punto 105, el director de incidencia y gestión de políticas públicas de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), Luis González, aseguró que la construcción del estadio se realizará en la Escuela Militar, junto a una zona que fue declarada como área natural protegida desde 1993.
Por ello, exigió a las autoridades salvadoreñas que hagan un estudio "técnico y profesional" del impacto ambiental que tendrá la obra.
En este estudio de impacto ambiental es donde se debería determinar si es viable o no (construir un estadio), y esperamos que el estudio lo hagan profesionales que no tengan presión política para hacer el estadio". Luis González, director de UNES.
El estudio de impacto ambiental es un documento elaborado por el Sistema de Evaluación Ambiental (SEA), que busca "valorar anticipadamente los posibles daños ambientales que se originarían con la obra, actividad o proyecto", según el sitio web del MARN.
Además del estudio, González señala que el MARN debe requerirle a los desarrolladores de la obra que cuenten con todos los permisos de Medio Ambiente, de la Oficina de Planificacción del AMSSS y de todas las alcaldías correspondientes.
Esto incluye, además, "una consulta pública abierta para que el estadio sea legal".
En la última década, la UNES ha sido crítica de los estudios de impacto ambiental que permitieron la construcción de centros comerciales, apartamentos y carreteras en la finca El Espino.
Sin embargo, no son la única organización ambientalista que ha cuestionado la construcción del estadio. El presidente del Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada (Cesta), Ricardo Navarro, criticó ayer el alto impacto ambiental que podría tener la obra, y que El Salvador “tiene otras necesidades que atender”, como la crisis del agua potable.
El último bosque
Defensores del Medio Ambiente criticaron el anuncio de la construcción del Estadio El Salvador, sobre el que denominan es "el último bosque importante" del Área Metropolitana de San Salvador (AMSS).
Julio César Acosta, experto en la observación de fauna, aseguró que el bosque El Espino cuenta con una amplia diversidad de fauna y flora, incluyendo a más de 150 especies de aves, dos de ellas en grave peligro de extinción: la lora nuca amarilla y la cotorra frente blanca.
Con la construcción del estadio, indicó, se agravará la contaminación auditiva y visual, debido a la iluminación del Estadio que albergará a unas 50,000 personas.
González, por su parte, advirtió que la finca El Espino alimenta el manto acuífero de San Salvador, que provee el 30 % del agua potable que se utiliza en el AMSS.
Con esta obra, "un estadio techado y un parqueo de cemento", se impermeabilizará el terreno, por lo que la recarga hídrica que ofrece el suelo del bosque se reducirá y, por ende, habrá menos agua.
Además, prevé un segundo riesgo: el aumento de los desastres naturales. González afirmó que la falta de infiltración del agua en los suelos provoca que esta se deslice a la parte baja de la cuenca hidrográfica, causando inundaciones.
Toda esa agua que no se infiltra corre a la parte baja de la cuenca, causando inundaciones en La Chacra, en La Málaga, Candelaria, toda esa agua tiene que buscar un colector común que son las quebradas". Luis González, director de UNES.
¿Qué es un Área Natural Protegida?
Según el MARN, las Áreas Naturales Protegidas (ANP) de nuestro país son el hábitat por excelencia para la vida de diversas especies de flora y fauna silvestre. Precisamente es ahí donde se conjuga la relación naturaleza y ser humano. Las Áreas Naturales Protegidas son zonas del territorio nacional propiedad del Estado, del municipio, de entes autónomos o privados y de personas naturales; legalmente establecidas con el objeto de posibilitar la conservación, el manejo sostenible y restauración de la flora y fauna silvestre, recursos conexos y sus interacciones naturales y culturales, que tengan una alta significación por su función o por sus valores genéticos, históricos, escénicos, recreativos, arqueológicos y protectores, de tal manera que preserve el estado natural de las comunidades bióticas y los fenómenos geomorfológicos únicos. |