El 16 de noviembre de 2016, el exfiscal general Luis Martínez González aseguró ante la Sección de Probidad de la Corte Suprema de Justicia que tuvo tarjetas de crédito adicionales de la empresa Bolsas Desechables y Plásticos, S.A.

“Ello no obedeció a otra situación o circunstancia, sino a una mera concesión, dado los lazos existentes (de parentesco)”, expresó a través de un escrito, según Probidad.

Los fondos “eran provenientes de ingresos que me fueron facilitados por parte de diferentes delegados de Casa Presidencial inicialmente dentro del periodo de gestión del expresidente Carlos Mauricio Funes Cartagena (29 meses) y posteriormente durante la gestión del actual presidente de la República el señor Salvador Sánchez Cerén (siete meses)”, indicó. Detalló que recibía pagos entre $10 mil y $20 mil y más “cuando viajaba en misiones oficiales”.

“Me fue explicada, someramente, como una concesión inherente al cargo de fiscal general de la República, que desempeñaba en ese entonces, como un sobresueldo, situación que no me pareció ilógica... Eran entregadas a mi persona sin mediar en ello comprobantes de entregas o recibos”, señaló. Aseguró que el origen de los fondos era “el mismo presupuesto del Órgano Ejecutivo”. Señaló que cuando le explicaron, de Presidencia, el destino de los fondos le dijeron que sería para “uso personal y discrecional” y consideró relacionó con la mejoría en su seguridad personal y de su familia, sostuvo.

Argumentó que algunos pagos provienen de fondos de Fiscalía porque se le reponía dinero que usaba de su tarjeta personal, ya que en ocasiones la tarjeta asignada a la Fiscalía “no pasaba o era aceptada por las terminales electrónicas” y se venía en la obligación de hacer uso de su tarjeta personal.

“En consecuencia, se remitía de mi parte los cheques endosados para efectuar el pago de las cuotas de la tarjeta”, explica el exfuncionario en su escrito.

El exfiscal general Luis Martínez dijo a Probidad que omitió esa información porque en el reglamento de uso interno de Casa Presidencial se le manifestó que debía ser manejado con “prudencia y reserva”.