La política migratoria de El Salvador afectaría la eventual decisión del Gobierno de los Estados Unidos de renovar o suspender los programas migratorios que benefician a los salvadoreños.
Así lo afirmaron representantes de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades). Luis Mario Rodríguez, director del Departamento de Estudios Políticos, sostuvo que El Salvador no ha tomado posturas a favor de la democracia en las reuniones de Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Un estudio del Departamento resume que el Gobierno de El Salvador ha apoyado en una ocasión una solicitud de Venezuela, ha votado en contra de una solicitud contra Venezuela y se ha abstenido de votar por otras resoluciones contra el gobierno del venezolano Nicolás Maduro.
Rodríguez señaló que este respaldo podría acelerar decisiones negativas de los Estados Unidos, tanto en el Ejecutivo como en el Congreso, en torno a programas migratorios en suspenso o cuya alternativa se podría estudiar.
Álvaro Trigueros, del Departamento de Estudios Económicos, aseguró que no puede desligarse la política migratoria de un país a su política exterior.
La renovación del programa de Estatus de Protección Temporal (TPS), que beneficia a 190,000 salvadoreños, y que vence el 9 de marzo de 2018, está siendo evaluada por el Gobierno de Estados Unidos.
La admisión condicional dentro del Programa de Refugiados para Menores Centroamericanos (CAM) fue el primer programa suspendido por Estados Unidos para los salvadoreños, el 15 de agosto de 2017. El segundo programa suspendido fue la Acción Diferida para Llegados en la Infancia (DACA), en el cual se amparan 28,000 salvadoreños. EE.UU. dio la opción de buscar una solución en seis meses.
Señalan riesgos económicos
Fusades enumeró riesgos diferentes en los que se podría caer en El Salvador si el Gobierno sigue apoyando a la gestión de Maduro ante organismos internacionales.
La tesis de Fusades es que esto afectará incluso la economía de El Salvador, porque la suspensión de los programas migratorios aumentará la cantidad de deportados, de personas indocumentadas en Estados Unidos y, por consiguiente, disminuirá la calidad de vida de las personas que reciben remesas en el país.
Así mismo Fusades prevé que el Gobierno de Estados Unidos podría recortar la cooperación en diferentes programas, e incluso podría disminuir la inversión estadounidense en El Salvador.
Fusades sostiene que los hechos ocurridos en Venezuela son “un referente muy negativo” para el resto de América Latina. Señalaron que la política exterior del gobierno parece obedecer más a intereses de sectores partidarios que a intereses del país.