Guatemala anunció este sábado que apoyará una iniciativa de Estados Unidos contra la movilización o blanqueo de dinero producto de actividades criminales en este país, El Salvador y Honduras, informó el gobierno guatemalteco.
La iniciativa busca "combatir el crimen organizado transnacional y contribuir a gestiones más transparentes mediante el seguimiento en su sistema financiero de capitales que podrían originarse en actividades ilícitas en países de Centroamérica", afirma un comunicado oficial.
El gobierno de Joe Biden anunció el viernes la creación de una línea directa para comunicar denuncias de corrupción en esos tres países.
"La corrupción y la impunidad en la región debilitan la democracia, incentivan la migración y representan una amenaza a la seguridad nacional", dijo Kenneth Polite, vicefiscal general de la División Penal del Departamento de Justicia, al presentar la iniciativa.
Polite consideró que la iniciativa ayudará a "detectar, inmovilizar y extinguir grandes flujos de capital ilícito que se mueven en la región y socavan la institucionalidad de las naciones, en detrimento del desarrollo de los pueblos".
La "línea de denuncias", abierta al público, permitirá investigaciones "sobre posibles actos de corrupción o movimientos de capitales mal habidos" que usen el sistema financiero de Estados Unidos originados en El Salvador, Guatemala y Honduras.
La información será luego examinada por la Fuerza de Tarea Anticorrupción del Triángulo del Norte, lanzada en junio por la fiscalía estadounidense en el marco del trabajo encomendado por Biden a la vicepresidenta Kamala Harris para atender la afluencia creciente de migrantes indocumentados a la frontera sur estadounidense.
Agentes especiales del Buró Federal de Investigaciones (FBI), la agencia antidrogas (DEA) y el Departamento de Seguridad Interior (DHS) respaldan estos esfuerzos, que buscan enjuiciar en tribunales estadounidenses a extranjeros responsables de actos corruptos.
Las llegadas de migrantes a la frontera de Estados Unidos con México disminuyeron durante la fase inicial de la pandemia de covid-19, en la primera parte de 2020, pero comenzaron a repuntar hacia final de ese año.
Más de 1,3 millones de personas fueron detenidas en la frontera sur estadounidense desde la llegada de Biden a la Casa Blanca en enero, un nivel no visto en 20 años. De ellas, unas 596.000 provenían de El Salvador, Guatemala y Honduras.