El director ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (Camarasal), Federico Hernández, cree que hubo una involución en el fortalecimiento democrático del país durante el año 2017, especialmente por la búsqueda del Gobierno de ocupar puestos de la empresa privada en instituciones como la Superintendencia de Electricidad y Telecomunicaciones (Siget) y, por otro lado, la falta de seguridad y el cierre de muchas empresas que sufren extorsiones o que ven una economía estancada. El único logro para él: la reforma de pensiones. Hernández está convencido que el FMLN quiere “copar las instituciones democráticas”.
¿Cómo avanzó El Salvador económicamente, en democracia y en seguridad este año?
En el caso del fortalecimiento democrático ha habido incluso, me atrevería a decir hasta una involución, lo que ha pasado recientemente en Siget (Superintendencia de Electricidad y Telecomunicaciones) no es admisible, es decir, no puede ser que a través de un proceso fraudulento esa posición que el sector privado ya tenía en una institución tripartita como Siget, haya sido usurpada por entidades creadas de la nada, aparentemente varias de ellas ni siquiera existen y que usurpen ese espacio que ya ocupaban los sectores productivos a través de ANEP (Asociación Nacional de la Empresa Privada); ya una cosa similar había pasado con el Consejo Nacional de Salario Mínimo, tenemos dos buenos motivos por los cuales decir que ha habido una involución en el fortalecimiento de la representación democrática de los salvadoreños. En el caso económico, lamentablemente, no podemos hablar del año dando buenas noticias, hemos tenido un año muy duro económicamente, las micro y pequeñas empresas han sufrido muchísimo por la economía y la situación de la inseguridad. La extorsión sigue siendo enorme sobre todo en el interior del país. Cerramos el año en el caso de la Cámara de Comercio con cerca de 40 empresas que se retiraron de la Cámara por motivo de cierre en los últimos dos meses. Un porcentaje por extorsión y otro porque ya no aguantan la situación económica y ni modo se tienen que ver en la necesidad de cerrar la empresa, o sea, la situación económica en verdad se ha estancado.
¿Ve un logro del Gobierno en 2017?
Más que del Gobierno en sí, tal vez podríamos hablar de la capacidad de los políticos para ponerse de acuerdo en el tema de pensiones, probablemente es la única noticia relativamente buena al final del año, muy poco para todo lo malo que se ha venido arrastrando en este 2017. Yo reitero ese llamado a los salvadoreños a ir a votar en marzo de 2018 porque, si queremos que la situación cambie, hay que definirlo a través de las urnas en primerísimo lugar... La gente que vaya a votar como crea conveniente pero es importante participar porque, si le dejamos esa decisión tan importante a otros, tampoco estamos haciendo mucho por que la situación cambie.
¿Se retrocedió o avanzó en transparencia?
Yo francamente no he visto mayores avances, todavía hay una parte muy opaca de rendición de cuentas por parte de todos los órganos del Estado, no solo me refiero al Ejecutivo, todos los órganos del Estado mantienen siempre un grado de secretismo muy alto y esperamos también que ese tipo de cosas cambien en el 2018.
¿Fue un retroceso que la Sala de lo Constitucional pusiera límites a la información pública?
Sin duda, no compartimos que sí pongan esas limitantes, creemos que debe discutirse un poco más. Tampoco nos gustan las amenazas que está haciendo el partido de Gobierno a los medios de comunicación, tampoco gusta que al final a través de la Siget vayamos a tener un incremento en las tarifas eléctricas o que se vaya a utilizar estas instituciones para amenazar o limitar a los medios de comunicación sobre todo en el espectro radio eléctrico.
¿Cómo evalúa el ambiente político electoral hacia las elecciones del 2018?
Uno los quisiera ver un poco más activos, en el caso de la oposición, denunciando ciertas cosas y no se ve esa actividad, no se ve ese protagonismo, no se ve esa preocupación genuina, vamos a ver qué ocurre. El ambiente, si se tiene que definir con una palabra, es incertidumbre, es un ambiente político electoral muy incierto al que vamos en el 2018.
¿Cómo ve el papel de ARENA como principal partido opositor?
Personalmente lo veo muy flojo. Podrían estar siendo mucho más activos y no se les ve ese protagonismo.
¿Y al FMLN?
Están haciendo su labor defendiendo al Ejecutivo, muchas de las cosas son indefendibles. La correlación de fuerzas en la Asamblea no les ha permitido avanzar más en su proyecto, francamente creo que su proyecto es copar las instituciones democráticas, no me cabe ninguna duda, y no han avanzado más precisamente porque no han tenido mayor músculo en la Asamblea Legislativa para hacerlo. Preocupa lo que pueda pasar con la Asamblea Legislativa elegida en el 2018 y por las elecciones que les va a tocar a esa Asamblea, le hace Fiscalía General de la República, le hace Sala de lo Constitucional, preocupa mucho porque una Sala de lo Constitucional en el 2018 que termine en manos del Ejecutivo es francamente peligroso.
¿Ve posible que la Sala quede acéfala?
Es posible, también depende mucho de lo que los salvadoreños decidamos en las urnas, por eso es tan crucial esta elección del 2018, sumamente crucial, para que sigamos teniendo una Sala de lo Constitucional independiente de los partidos políticos, que no le responda a ninguno. Esto no significa que tenga que responderle a un partido u otro, es que no le tiene que responder a ningún partido político; la sala tiene que ser totalmente independiente, ni al partido de gobierno ni a la oposición tampoco, o sea, en el 2019, por ejemplo, si llegara a cambiar el partido en el Ejecutivo tampoco la Sala de lo Constitucional tiene que responderle a ese partido que llegue, a ninguno, tenemos que proteger mucho la independencia de la Sala de lo Constitucional.
Sobre la calidad de debate político, ¿cree que cada ciudadano tiene claras las posiciones de los contendientes en el 2018?
Es difícil saberlo, yo todavía no he visto plataformas de políticas claras de ninguno de los partidos, habrá que esperar los debates por supuesto, pero que espero que sean mucho más elevados de lo que han sido en el 2017, si vamos con esa calidad de debate político al 2018, el ciudadano tampoco va a tener demasiado de donde escoger.
¿Cómo las redes sociales han complicado el debate?
Creo que se ha convertido en un actor distorsionante del proceso, sobre todo cuando hemos visto ya actores políticos y partidos políticos que están incidiendo en las redes a través de “trolles”, por ejemplo, eso obviamente no ayuda a que las redes sociales se conviertan en un espacio de debate de altura, sino, de descalificación, de repetición de eslogan, eso no contribuye a esclarecer mucho el criterio ciudadano.
¿Cómo analiza las elecciones de 2019?
Dependerá mucho de lo que ocurra en el 2018. Si de repente, por ejemplo, tenemos una Sala de lo Constitucional que cambie en detrimento de la independencia judicial, eso puede incluso trastornar las próximas elecciones del 2019, podría ser que en el 2019 no vayamos a votar en completa libertad, podría ocurrir, si muchos de los avances ciudadanos que se han dado a través de esta Sala se revierten a partir de una nueva elección de Sala, o sea, es bien peligroso. Por eso es importante la próxima Asamblea Legislativa.
¿Podrían cambiar las reglas electorales y constitucionales?
Por supuesto, una Sala completamente genuflexa al poder político puede trastornar completamente los pilares fundamentales de la democracia salvadoreña.
Las candidaturas presidenciales están prácticamente dibujadas, ¿Cómo las ve?
Yo no me metería a calificar o descalificar candidaturas, eso sí es una cosa que le compete a cada partido político, allá ellos quiénes elijan para acudir a esa cita histórica en el 2019.
¿Cómo analiza la democracia interna que ha tenido cada partido político?
Es una democracia interna muy incipiente, es obvio que hay menos democracia en unos partidos que en otros, creo sinceramente que en el FMLN hay muy poca democracia interna por ejemplo, pero aún en los otros partidos es bastante incipiente. Debería de haber mucho más.