Una economía con empleo informal, la baja rentabilidad de los ahorros para las pensiones y un salario mínimo precario reducen la posibilidad de retirarse con una compensación “digna”.
El año 2021 es clave: el año de la promesa de una reforma integral y la antesala de las elecciones de diputados del 28 de febrero de 2021.
Los diferentes caminos legislativos parecen dibujar una trampa: los diputados pueden hacerle un guiño a sus electores y aprobar una reforma que ofrezca devoluciones o aumento –aunque pequeño– de su pensión; o bien, puede aprobar una solución financiera tanto a la presión de las pensiones del sistema público como a las bajas pensiones–deuda, cotizaciones, impuesto u otro– y asumir un gran costo político electoral. ¿Cuál será el camino que tomará?