René León exembajador de El Salvador en Estados Unidos


Durante casi 12 años, René León fue el embajador de El Salvador en Washington. Se volvió un influyente diplomático, el hombre que negoció el CAFTA, el TPS y tuvo una relación estrecha en las administraciones Clinton y Bush, así como el inicio de Obama. En esta entrevista que respondió desde la capital estadounidense, donde reside, habla con amplio conocimiento de lo que puede venir bajo la administración Bush

 

¿Qué cambios fundamentales podemos esperar de la relación con Estados Unidos bajo el Nuevo gobierno de Donald Trump?

Las relaciones de Estados Unidos con El Salvador, se basan en tres objetivos fundamentales de seguridad nacional de los Estados Unidos. Primero, el control de flujos migratorios irregulares de salvadoreños, motivados por la falta de oportunidades económicas, sobre todo para los jovenes; y por los altos índices de violencia y criminalidad en las comunidades, y tambien en los hogares.

Segundo, el fortalecimiento de instituciones del Estado para mejorar la transparencia, y combatir la corrupción y la impunidad, que socaba las bases de la democracia, la gobernabilidad y afecta negativamente el gasto social y el crecimiento económico; y tercero, la ayuda en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.Estos objetivos se ven reflejados en las iniciativas y programas que el gobierno de los Estados Unidos ha venido impulsando y financiando en El Salvador, con apoyo bipartidista desde el congreso. Es decir, el sistema de chequeos y balances políticos que impera en los Estados Unidos, creo que impedirá cambios drásticos, por lo menos al principio de la Administracion del presidente electo Trump. Asú, yo veo muy difícil que la Administracion Trump cambie o abandone por cuestiones puramente ideológicas, o de discursos electorales, sus objetivos de seguridad nacional en El Salvador o en los países del Triángulo Norte.

Es improbable por ejemplo que abandone la Alianza por la Prosperidad del Triángulo Norte, o que suspenda el programa de FOMILENIO II, o que se retire de la alianza por el Crecimiento Estados Unidos-El Salvador; o que denuncie el CAFTA y se retire del Acuerdo.



¿Ni cambios en condiciones o requisitos?

Ojo, y mucho cuidado. Eso no quiere decir que la Administración Trump no modifique los énfasis, o las condiciones, o los requisitos para mantener los beneficios de esas iniciativas y acuerdos, Creo que el cambio fundamental del Gobierno de Trump es que su Administracion será muchísimo menos tolerante con los dobles discursos, con las doble lealtades, o con las incongruencias entre las declaraciones delGobierno de El Salvador y sus acciones, tal como ha venido sucediendo hasta la fecha, y por otro lado, estoy convencido que la Administracion

Trump dara mucho mas énfasis y seguimiento a otros objetivos de la seguridad nacional de los Estados Unidos, como la salvaguardia de las libertades individuales y la funcionalidad democratica, desde la exigencia de elecciones libres y justas, hasta el respeto a la división de poderes, y a la gobernabilidad democrática. De esa forma, veo a la Administracion Trump tomando medidas concretas contra gobiernos en la región que considere que toman acciones anti-democraticas, o que tienen unalegitimidad dudosa, como podría ser el caso de Nicaragua. Sí veo a Trump acompañando al Congreso de los Estados Unidos en la aplicacion de sanciones a países de Centroamerica, como sería el caso de Nicaragua con la aprobación y aplicación del NICA ACT, o presionando junto Congreso por el respeto a las libertades individuales.

 

¿Qué efectos inmediatos puede traer en la relación bilateral?

Los efectos inmediatos se verán en los énfasis en la ejecución de los programas e iniciativas que contienen responden a sus intereses de seguridad nacional, o desde la ejecución de nuevas iniciativas en el marco de la relación bilateral.

Por ejemplo, en el tema de combate a la corrupción, me parece que la Administracion Trump será todavia mucho más enfática en que El Salvador tenga una comisión internacional contra la corrupción, sino como la CIGIG de Guatemala, por lo menos como La Comisión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), bajo los auspicios de la OEA.

También yo esperaría más énfasis y presión de la nueva Administración de los Estados Unidos y especialmente de Senadores y miembros de la Casa de Representantes, que se han pronunciado a favor de la persecución judicial de casos notorios y notables de narcotráfico, crimen organizado, lavado de dinero, tráfico de armas y de algunos casos de corrupción. Creo que la Administracion Trump nos hará sentir más la presión del “músculo” político de Washington, nos guste o no nos guste, en esos temas y en otros como el control más efectivo de los flujos migratorios descontrolados de indocumentados…. Además, pienso habrá también más supervisión y un seguimiento cercano a las acciones y actuación del gobierno de El Salvador en general, tanto en el ámbito de internacional, foros multilaterales, como también en sus relaciones bilaterales con otros países; lo cual creo llevara a una evaluación y monitoreo de los méritos o desméritos de nuestro país para seguirse beneficiando de algunos programas e iniciativas financiadas por el Gobierno de los Estados Unidos, o de nuevas iniciativas que pueden implementarse….y todo eso, se va a comenzar a sentir desde el comienzo de la nueva administración.

Pero no todos son y serán efectos negativos, creo que la ayuda de los Estados Unidos para financiar proyectos y programas de la Alianza por la prosperidad, van a producirse en el corto plazo.

De hecho, conversando con empresarios salvadoreños el otro día, les comentaba que la primera consecuencia positiva del resultado electoral de Estados Unidos, fue el retiro de los Estados Unidos de la Alianza Trans-Pacifica o TPP, que amenazaba con erosionar seriamente para algunos sectores de El Salvador, algunas de las preferencias arancelarias y de acceso al mercado contenidas en el CAFTA.

 

Cómo puede afectar a los salvadoreños que residen allá legalmente y a aquellos que están ilegalmente? ¿Cómo ve a la comunidad salvadoreña en Estados Unidos??

La elección de Trump causó una reacción traumática en muchos segmentos de la sociedad de los Estados Unidos, en primer lugar porque para la gran mayoría fue inesperada. Pero en la comunidad inmigrante el shock fue todavía mayor por el discurso electoral anti-inmigrante del Presidente Electo, y por lo que muchos en la comunidad inmigrante consideraron atisbos xenofóbicos, discriminatorios y hasta racistas en su discurso electoral.

Creo que la expectativas negativas, y el repudio generalizado que suscitó la propuesta de continuar la construcción del muro en la frontera, pero ahora financiado por Mexico; o el anuncio de operativos de deportaciones de criminales, que fácilmente pudieran volverse en deportaciones indiscriminadas; y la amenaza de la finalización de programas de alivio migratorio basados en órdenes ejecutivas como DACA, o el mismísimo TPS, han querido atemperarse un poco por el propio Trump, pero en un marco de muchísimo escepticismo, incertidumbre, dudas, y desconfianza de las fuerzas pro-migratorias. Las más recientes declaraciones del Presidente Electo pudieran hacer prever desde ya ciertos matices en el caso de DACA, aunque Trump ha sido enfático en que terminara con esa orden ejecutiva. Podrían explorarse otras opciones de alivio migratorio, pero por ahora todas son muy tenues, y a lo mejor se podría tambien abrir cierto margen de negociación con la AdministracionTrump, si y solo si estan basados en intereses compartidos de seguridad nacional. Por el momento pareciera imposible sin el apoyo del Congreso, y sin cierto capital político mínimo, que hoy en definitiva el gobierno de El Salvador no tiene en la nueva Administracion, y creo que lo podría estar malgastando en el Congreso.

 

¿Qué debería hacer el gobierno de El Salvador para mejorar la relación con la administración Trump?

Por el momento las nominaciones, sobre todo la de Jeff Sessions para Fiscal General y Ministro de Justicia, o la del General John Kelly para DHS son señales inequívocas, que podría esperarse un endurecimiento en la aplicación de las leyes migratorias. En mi opinión, y por mi experiencia de mas de 20 años en Washington, creo que los gobiernos que están haciendo su tarea desde ya, podrían tener cierto éxito relativo en proteger la situación migratoria de sus inmigrantes. Para empezar, es importante contar con un mapeo de grupos de influencia, de los grupos de interés, y de los miembros más influyentes en el entorno de Trump,y buscar desde ya acercamientos basados en intereses compartidos, y reforzar los posibles apoyos en el nuevo Congreso. Me parece imprescindible empezar a ganarse desde ya la confianza en base a la credibilidad, y la congruencia del Gobierno de El Salvador entre lo que se dice, y lo que se hace sobre todo frente a los nuevos actores políticos; además deberia diseñarse y ejecutarse una estrategia para trabajar a favor de los intereses de nuestros inmigrantes, con la Administracion Trump, con el Congreso, y con los aliados políticos de El Salvador. Yo no estoy seguro que el Gobierno de El Salvador esté haciendo esta tarea, que hasta ahora se la ha hecho el Departamento de Estado, ciertos aliados del Congreso y por supuesto la Embajada de los Estados Unidos. Tampoco creo el gobierno tenga la visibilidad y la credibilidad ante los nuevos actores políticos, y mucho menos el capital político; y por si fuera poco, algunas acciones ante el congreso y el Gobierno de EEUU son totalmente incongruentes, como por ejemplo venir a Washington a cabildear por causas absurdas y totalmente contrarias a los intereses de los Estados Unidos, o atacar a sus representantes diplomáticos…finalmente no estoy seguro que este nuevo posicionamiento está ocurriendo, sobre todo cuando leo las declaraciones que emanan por ejemplo del propio Presidente de El Salvador, y de importantes dirigentes del FMLN en su Congreso del domingo pasado, Esos discursos, pueden ser más perjudiciales que el mismo Trump, porque pueden generar reacciones adversas no solo en el ámbito de nuestros intereses migratorios, pero tambien de nuestros intereses comerciales, económicos, sociales y de desarrollo. No debe olvidarse que caminaremos a partir del 20 de enero de 2017, en en un nuevo terreno político en Washington, además de ser un terreno desconocido e incierto,podría ser un verdadero campo minado político. Y por eso, creo que le conviene al Gobierno de El Salvador y a los dirigentes del partido oficial ser muy prudentes, cautelosos y comedidos… o nuestros inmigrantes y la misma gente en El Salvador podrían pagar las consecuencias.

 

 

Sobre el TPS y el CAFTA

 

¿Peligra el TPS para los casi 200 mil salvadoreños?

El TPS se renovó a partir del 6 de Septiembre de 2016 y es efectivo hasta el 9 de marzo de 2018. He escuchado declaraciones que dicen que no debemos preocuparnos porque hay 18 meses para negociar una nueva renovación. Esta es una falsa seguridad: en primer lugar porque ya corrieron mas de tres meses. Para cuando tome posesión el Gobierno de Trump será el 20 de Enero. Si a eso le descontamos que la decisión de renovación del TPS, debe tomarse con dos meses de anticipación a su vencimiento, esto nos indica que en realidad la ventana política, y de negociación en términos prácticos de una nueva renovación del TPS, o la aprobación de otras medidas de alivio migratorio en el Congreso, es de apenas 12 meses máximo.

El riesgo de la renovación del TPS más importante desde mi punto de vista, es que la Administración Trump no necesita hacer nada para que el TPS llegue a su fin, simplemente el TPS puede morir de inanición política de parte de la Administracion Trump, es decir bastaría con no mover un dedo para su renovación, y el TPS para los salvadoreños podría llegar a su fin, lo que llevaría a una muerte del TPS por causas naturales.

 

¿Cree que el CAFTA puede ser revisado y cómo nos afecta?

A mi entender renegociar el Nafta o el Cafta significaría que Trump se dispararía a los piés, pues muchas empresas y empleos de los Estados Unidos saldrían afectados. Teóricamente Trump podría desde pedir consultas, solicitar la renegociación de aspectos especificos del Acuerdo, hasta denunciar los TLC. Todas esas opciones son sumamente arriesgadas, y pueden desatar guerras comerciales con medidas retaliatorias, paneles de solución de controversias, arbitrajes y otras complicaciones comerciales. Esto podría generar escenarios pierde-pierde para todos los socios comerciales que tenemos acuerdos con los Estados Unidos pero también para ellos.

Lo más grave creo yo no solo serían los impactos negativos sobre las exportaciones, los ingresos, el empleo y el crecimiento económico. Lo peor para mí sería la desestabilización económica, social y política que esto podría causar entre los socios comerciales de Estados Unidos, que amenazaría en convertirse en un bumeran en contra de sus propios intereses nacionales en México, República Dominicana, Panamá y Centroamérica.

Espero que además de los gobiernos de la región, su propio sector privado, y quienes le den los briefings de seguridad de las 7:00 de la mañana en la Oficina Oval se lo expliquen y se lo hagan ver al futuro presidente Trump.