Es sábado 16 de diciembre. Muchos salvadoreños propuestos por los partidos políticos para ser miembros de las Juntas Receptoras de Votos (JRV) se reúnen desde muy temprano en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA). Su objetivo es aprender cómo contar los votos para los candidatos a alcaldes y diputados el 4 de marzo de 2018 y cómo escribirlos en las actas electorales y sus diferentes folios.

El empeño de los facilitadores era evidente. Un amable saludo, la entrega de una libreta, un lapicero y fotocopias de las actas que deberá llenar cada secretario de la JRV.

Una joven explica cómo se instala la Junta de una manera didáctica, repartiendo papeles de colores para que cada participante los pegue con tirro sobre el pizarrón hasta que, con ayuda de todos, quedan los pasos de la votación en orden: iniciando a las 5:00 a.m. con el ingreso al centro de votación, la presentación obligatoria de su Documento Único de Identidad (DUI) y su credencial del Tribunal Supremo Electoral (TSE), la acreditación de los vigilantes con la credencial del partido y su DUI, y la apertura del paquete electoral.

La capacitadora explica que deben verificar que el paquete electoral esté en buen estado. Al abrirlo, contarán las 600 papeletas y revisarán los tres padrones: de búsqueda, de firma y de exhibición. Colocarán el padrón de exhibición, ubicarán los anaqueles, armarán las urnas de votos y se colocarán a la izquierda de la JRV, junto al tercer vocal y se llenará el acta de instalación. A las 6:30 a.m. votarán los miembros de las JRV y los vigilantes; luego, los jefes de centros de votación y supervisores, en la primera o segunda JRV; y el delegado de la Fiscalía, los policías, alumnos de la Academia Nacional de Seguridad Pública (ANSP) y elementos de la Fuerza Armada en la última JRV, todos antes de las 7:00 a.m. A esta hora, el presidente anuncia en voz alta el inicio de la votación ininterrumpida hasta las 5:00 p.m.

Los capacitadores explican la función de cada miembro de la JRV en el proceso de votación. Luego invita: ¿Preguntas? Ninguna. Inicia el receso y el refrigerio.

Después del receso, se retira un joven. Es tarde. La capacitadora aclara que inicia la fase más importante de la capacitación: el escrutinio. Primero, deben verificar que las papeletas no estén mezcladas. Luego, contarán los votos y el secretario llena el borrador, con votos enteros, no partidarios, papeletas con votos fraccionados, impugnados, nulos, abstenciones –si el votante no la manchó–, las faltantes –se entregaron a los votantes y no las devolvieron– y el total.



Con una papeleta de San Salvador y un plumón la joven explica cuándo el voto es nulo: “La clave es que no se debe pasar de 24 marcas en el caso de la votación de diputados para San Salvador”. Lo anula, por ejemplo, si marca dos banderas, si marca 25 rostros.

Para probarlos, escribe la frase “No quiero votar” exactamente sobre una planilla de candidatos a diputados de un partido político. Y pregunta: ¿Es válido este voto? “No”, contesta uno. “Sí”, contesta otro. El voto, dice la joven, es válido porque la ley no dice que la marca deba ser una cruz exacta, siempre y cuando no sobrepase las 24 curules disponibles para San Salvador.

Luego, inicia el llenado de los votos cruzados en el folio A1. Los capacitandos están cansados. La capacitadora aclara que este folio es el original y no un borrador. es decir, no hay derecho de equivocarse. Una oyente pregunta si la mesa electoral contará el voto cruzado. “¡Nunca nos vamos a ir!”, se queja otra en tono de broma.

La capacitadora responde que la mesa electoral solo detalla el voto cruzado en el folio A1 pero no distribuye la fracción a cada partido. La capacitación ha terminado. Minutos después, los capacitadores se despiden cordialmente y recuerdan que deben asistir a tres capacitaciones para ser acreditados como miembros de JRV.