A 33 años de la firma del Acuerdo de Paz: "Ni enfrentamientos, ni riesgo de ser capturado por ser joven"
Jueves 16, Enero 2025 - 4:00 AM
Un grupo de líderes de organizaciones sociales nos dan su visión sobre la guerra cuyo fin fue firmado por salvadoreños hace exactamente 33 años en México y, además, sobre el desprestigio de los firmantes.
Hace exactamente 33 años, un 16 de enero de 1992, la población salvadoreña daba testimonio del fin de una guerra que por más de una década sometió a miles de salvadoreños a enfrentamientos, persecuciones, asesinatos, torturas, secuestros y masacres.
Tras una larga negociación, la noticia de la paz llegó a las familias salvadoreñas la noche del 31 de diciembre de 1991 desde Nueva York, un día de fiesta que terminó con abrazos de paz dentro de las familias y que se selló con la firma dieciséis días después. Ahora, un grupo de miembros de organizaciones, representantes de víctimas del conflicto o de crímenes cometidos en esa época, subrayan la importancia del fin del conflicto aunque aún ven desafíos.
María Luz Rivas, representante legal de Comadres, quien nunca más volvió a ver a su padre desde que fue detenido y desaparecido en 1987, cuenta que, cuando se firmó la paz, sintió "alegría", pero que hoy ve "una gran deuda histórica" con las víctimas del conflicto armado como una Ley de Justicia Transicional que garantice justicia, verdad y no repetición.
Ramón Arita, sobreviviente de tortura, ahora miembro del Comité de Expresos Políticos (Coppes), fue capturado en septiembre de 1985 y sufrió torturas durante más de 10 días en la entonces sede la Policía Nacional (PN). "Nada justifica la tortura, ni el disentimiento político", dice. Pero en la época del conflicto, cuenta, "por el mero hecho de disentir" una persona "corría el riesgo de que alguien fuera capturado, torturado, asesinado o desaparecido".
Él no creía en la firma de la paz, pero la aceptó. Ahora la define como "una paz aceptable" y advierte que "los crímenes no deben ser repetidos". La garantía de "no repetición" es una de las exigencias de la sentencia de la Sala de lo Constitucional –del año 2016– que anuló la amnistía absoluta decretada en 1993.
Según Humberto Sánchez, presidente de Coppes, fueron más de 20 años de momentos difíciles en el país que se manifestaban contra "el libre tránsito, el libre pensamiento o la libre expresión individual o colectiva". Por eso, no cree la firma de la paz sea una farsa. "Represión, desapariciones, capturas, desplazamientos y una serie de otras condiciones, no se puede decir que los Acuerdos de Paz fueron una farsa", dice.