Para Isidora Olave los centros comerciales quedaron atrás. Esta joven chilena compra en Shein, Temu o Aliexpress, las tiendas en línea chinas ultrabaratas cuya competencia agresiva empuja a América Latina a proteger su comercio minorista.
Jóvenes universitarios, activas en redes sociales pero sobre todos amantes del "ultra fast fashion" (moda rápida a muy bajo precio), Olave y su grupo de amigas son parte de la tendencia global de consumidoras a la carta.
"Compré en Shein, porque lo necesitaba para una ocasión en específica y era más barato que comprar aquí en Chile", dice este estudiante de odontología de 20 años.
Acaba de abrir el último paquete enviado desde China: una camiseta, una falda y un conjunto de brillos adhesivos. Fueron $15, la mitad de lo que hubiera pagado en una tienda local, asegura.
Según Statista, el sitio especializado de datos, en 2022 el comercio en línea movió $122.000 millones en América Latina y podría alcanzar los 200.000 millones en 2026.
AliExpress, Shein y Temu están detrás de esta formidable expansión, que confirma el peso de China en la región, históricamente una zona de influencia de Estados Unidos.
En una muestra adicional de su avance, China prevé inaugurar el megapuerto de Chancay, en Perú, en el marco de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que se celebra esta semana en Lima.
Presión sobre las Aduanas
Impulsado por la pandemia, el modelo de negocios de Shein o Temu consiste en ofrecer productos a muy bajo precio tras la compra directa a proveedores y acuerdos con empresas de transporte.
En la Aduana de Santiago el movimiento es incesante: a diario revisa -y despacha- más de 80,000 paquetes para evitar el contrabando de productos y drogas.
Mientras en 2023 recibieron 20 millones de envíos, en 2024 proyectan llegar a los 30 millones.
En los últimos cinco años, la recepción de paquetes creció alrededor del 1.000 %.
"Ha sido un desafío importante abordar todos los riesgos y lo que operativamente implica este ingreso significativo de despachos", explica María José Rodríguez, jefa del Departamento de Fiscalización de la Aduana Metropolitana de Chile.
En un intento por proteger a la industria local y aumentar la recaudación, Chile y Brasil eliminaron recientemente las exenciones tributarias a las compras en el extranjero por debajo de los 41 y 50 dólares respectivamente.
México que anunció reforzará el control de esta actividad comercial.
Pero expertos descartan que las medidas arancelarias impacten significativamente en esta nueva forma desenfrenada de consumo, que ha despertado preocupación en varios frentes.
Placer efímero
La Unión Europea anunció en octubre una investigación a Temu por supuesta venta de productos ilícitos a través de estas plataformas.
También está el riesgo del potencial adictivo que conllevan.
"En la noche, en vez de mirar una serie, muchas personas se ubican frente a una pantalla para recorrer, pasear, mirar; comprar o no comprar", describe Verónica Massonier, psicóloga experta en mercado y tendencias.
A los consumidores los mueve "disfrutar de lo nuevo y del recambio", agrega, aunque advierte que se trata de un placer "muy efímero". Al rato la compra se vuelve irrelevante.
Sobreestimulados por las redes sociales, los jóvenes son los más expuestos, sobre todo a la compra de ropa para usar y desechar.
"Es un tema netamente de oportunidad, entre una oferta muy barata para personas que han dejado de considerar a la ropa como un producto duradero", explica la periodista Sofía Calvo, consultora en sostenibilidad de la moda.
En mayo de 2023 congresistas de Estados Unidos pidieron investigar a Temu y Shein y otras firmas por la explotación de miembros de la etnia musulmana de los uigures en la región de Xinjiang, en el oeste de China.
Según la ONU, la industria de la moda es responsable de más de un 8 % de las emisiones de gases de efecto invernadero y el 20 % de las aguas residuales en el mundo.
Y pese a su potencial reutilización, el 85% de la ropa termina quemada o en basureros, como el del desierto de Atacama, en el norte de Chile.
Entretanto, Shein sigue apuntando su presencia en América Latina. Su presidente para la región Marcelo Claure, aseguró que el gigante de la moda rápida quiere "poner 2,000 fábricas" en Brasil.
"Brasil va a ser un polo de exportación para fabricar y poder entregar el producto en América Latina", dijo el año pasado en una entrevista con el portal informativo 360.