Con brotes de solidaridad, la rudeza de los gobiernos y el rostro de familias enteras se retrata la cruda faena a orilla del Río Grande, el sur de Texas, el epicentro de una crisis humanitaria.
Con casi 50,000 detenciones en la frontera sur de EEUU, ha generado una semana de caos, críticas y decisiones difiiciles. Los migrantes vuelven a ser protagonistas de una ola que impacta y cuyas historias y sueños se multiplican por miles en un ambiente calor, miedo y desesperación.
Así las agencias de noticias han retratado el drama de los migrantes, en el muchas veces se encienden chispas de solidaridad incluso de los mismos agentes fronterizos, que ceden a las suplicas.