¿Cómo impactaría a la economía salvadoreña el aumento de los aranceles de Estados Unidos?

Viernes 14, Marzo 2025 - 5:50 AM

Para que esta oportunidad impulse el crecimiento de la inversión nacional y extranjera en El Salvador, es fundamental identificar qué sectores y empresas, ya establecidas o con capacidad de instalarse rápidamente en el país, podrían reemplazar a los proveedores de otros países afectados por el proteccionismo estadounidense.

Con una participación del 15.6% en el PIB mundial ajustado por paridad de poder adquisitivo (PPA), Estados Unidos es la mayor economía del planeta. Además, es el principal importador global, concentrando alrededor del 17% de las importaciones mundiales de mercancías, y el segundo mayor exportador, con cerca del 8.8%. No obstante, su balanza comercial ha sido estructuralmente deficitaria desde la década de 1970, con una tendencia al alza. En los últimos años, el valor de sus exportaciones de bienes ha representado apenas entre el 50% y el 60% de sus importaciones. Cerca del 70% de las importaciones estadounidenses provienen de China, México, Canadá y la Unión Europea, países con los que mantiene los mayores déficits comerciales. En 2023, Estados Unidos importó mercancías desde China por $436,000 millones, mientras que sus exportaciones a ese país fueron de apenas $154,000 millones. En el caso de México, importó $475,000 millones y le exportó $322,000 millones, mientras que con Canadá la relación fue de $405,000 millones en importaciones y de $322,000 millones en exportaciones. Finalmente, las importaciones desde la Unión Europea fueron deaproximadamente $623,900 millones, frente a exportaciones por un valor de $367,900 millones. En este contexto, la Administración Trump ha decidido aumentar en un 25% los aranceles a las importaciones de acero y aluminio provenientes de distintos países, además de aplicar un arancel del 20% a productos chinos. Asimismo, ha amenazado con extender estos incrementos a un mayor número de bienes y países, lo que podría generar efectos significativos en el comercio global y, por ende, en economías como la salvadoreña. Si las amenazas de aumentar los aranceles a China, México, Canadá y la Unión Europea se materializan, es probable que se desate una guerra comercial con estos países, generando efectos como la reducción del comercio bilateral, el incremento de la inflación y la reorientación de flujos de comercio e inversión. Esta reorientación de flujos podría beneficiar a países como El Salvador, siempre que logren negociar con Estados Unidos la continuidad del libre comercio. Un argumento clave, como se muestra en el gráfico, es que, desde la entrada en vigor del TLC entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos, el déficit comercial de El Salvador (y el de toda la región) con este país no solo no ha disminuido, sino que ha aumentado, a diferencia de lo ocurrido con sus principales socios comerciales. Según cifras del Banco Central de Reserva de El Salvador (BCR), en 2024 las exportaciones salvadoreñas a Estados Unidos alcanzaron los $2,134 millones, mientras que las importaciones desde ese país sumaron $4,423 millones, resultando en un déficit comercial de $2,288 millones. En consecuencia, no habría justificación para extender al país los incrementos arancelarios anunciados. Sin embargo, para que esta oportunidad impulse el crecimiento de la inversión nacional y extranjera en El Salvador, es fundamental identificar qué sectores y empresas, ya establecidas o con capacidad de instalarse rápidamente en el país, podrían reemplazar a los proveedores de otros países afectados por el proteccionismo estadounidense. También es crucial reconocer los principales obstáculos que enfrenta el país —como la calificación y disponibilidad de mano de obra, la infraestructura y la burocracia— y, a partir de ahí, diseñar e implementar políticas sectoriales efectivas. El Salvador necesita con urgencia políticas que aumenten de manera sostenida la productividad y rentabilidad de su agricultura y su industria. Paradójicamente, el resurgimiento del proteccionismo liderado por Estados Unidos podría representar una oportunidad. Sin embargo, esta ventana también podría cerrarse en cualquier momento. Actuar con rapidez es fundamental. No hay que olvidar que el proyecto MAGA (Make AmericaGreat Again) también incluye disposiciones que podrían poner fin al modelo de exportación de mano de obra que ha caracterizado al país en los últimos 35 años. Urge que distintos sectores de la sociedad —gobierno, empresarios, trabajadores, académicos y otros actores clave— se unan para analizar a fondo las implicaciones globales de esta estrategia y definir cómo aprovechar sus oportunidades y mitigar sus amenazas para El Salvador.
• William Pleites, director de FLACSO El Salvador