¿Cómo Twitch arrasó con la “época dorada” de YouTube?

Martes 28, Marzo 2023 - 3:30 AM
El español Ibai Llanos es uno de los streamers más influyen en Twitch.

La plataforma digital creada en 2008 cobra más fuerza que nunca, con un formato alternativo para transmitir En Vivos y hacer posible el contacto directo con los creadores de contenido.

Este domingo 26 de marzo, más de 90 mil personas abarrotaron el Camp Nou para ver la final de la Kings League, un torneo formado por streamers de Twitch y exfutbolistas, que solo tiene tres meses de haber iniciado. El evento, que duró cinco horas, fue transmitido por la misma plataforma, y fue visto por más de 2 millones de seguidores. Este dato solo es un ejemplo, para explicar cómo la forma de crear y consumir contenidos digitales ha cambiado. Claramente, YouTube no está derrotado, sigue siendo una plataforma fuerte y líder. Sin embargo, no es la plataforma hegemónica y sin rival que era hasta hace unos años. La manera en la que las personas consumen contenido ha cambiado porque las diversas plataformas de streaming ofrecen hoy a los espectadores el control sobre: a quiénes ver, pagar (por medio de menciones en las transmisiones en vivo) y hablar en vivo, así como consumir productos o servicios de las marcas que se promocionan. La oportunidad de tener una plataforma plural y relativamente flexible con sus normas es un punto importante para que existiera una "migración” de grandes creadores de contenido de YouTube a Twitch. Los videojuegos y deportes como el fútbol parecen ser de los más consumidos por los usuarios de esta plataforma social. Según Streams Charts, en octubre de 2022, YouTube y Twitch tuvieron más de 4 billones de horas de reproducción. El hecho es que los streamers han creado comunidades en Twitch y un tránsito de audiencia en plataformas como TikTok (con fragmentos de video de pocos minutos que obtienen millones de visualizaciones), o en el mismo YouTube (con videos de cinco o seis minutos con extractos del En Vivo), sin contar a Instagram, Facebook y Patreon. El formato de las comunicaciones, nos guste o no, cambia constantemente la forma de entretenernos e informarnos, y demanda adaptarnos de manera ingeniosa, tanto a creativos como a consumidores.