¿Crisis constitucional en los Estados Unidos?
Lunes 24, Marzo 2025 - 5:55 AM

Extraordinario fin de semana vivido en el país ejemplo de la democracia en nuestro planeta. Un fin de semana donde los eventos suscitados por la administración Trump ponen en entredicho que este país continúe siendo una democracia.
He venido al mundo a traer la verdad, dijo Jesus a Pilatos. Este, riendo entre dientes, y mirándolo despectivamente, le respondió, ¿Que es la verdad? La verdad viene de arriba, viene de abajo, vienen de los justos o los injustos. La verdad es negra o es blanca. La verdad no existe. Según el filósofo Karl Popper, la verdad no es algo que se alcance con certeza, sino que se busca continuamente a través de la eliminación de errores. Según él hasta el conocimiento científico es siempre provisional y está sujeto a revisión. En lo personal y observando mi entorno, la verdad es maleable y manipulable, especialmente actualmente cuando la realidad es ilusoria. Repitiendo mentiras, una y otra vez, hasta que se convierten en verdades. La verdad no existe, la verdad pertenece al poder, al dinero, a la influencia.
El pasado viernes 15 de marzo, a las 9:40 a.m. El juez James E. Boasberg, tras demanda de abogados de la ACLU (American Civil Liberties Union), emite una orden temporal que prohíbe al gobierno de los Estados Unidos deportar a cinco venezolanos detenidos bajo la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 (Esta ley, aprobada durante el gobierno de John Adams, otorga al presidente de Estados Unidos la autoridad para detener y expulsar a ciudadanos extranjeros de países con los que EE.UU. esté en guerra). La administración Trump apela. Ese mismo día, a las 5:26 p.m. y 5:45 p.m. dos aviones con deportados despegan de Harlingen, Texas.
Quince minutos más tarde del despegue del segundo avión, el juez Boasberg ordena verbalmente que cualquier avión con deportados debe regresar a Estados Unidos. A las 7:36 p.m. Los aviones aterrizan en Honduras, seguidamente, a las 8:02 p.m. los aviones aterrizan en El Salvador. Pasada la medianoche, amaneciendo el domingo 16 de marzo, un tercer avión llega a El Salvador. Ese mismo día, a las 7:46 a.m. "Oopsie... Too late”, (Ups, demasiado tarde), escribe en inglés Bukele y un emoji de risa/llanto.
El presidente Nayib Bukele anuncia que los deportados han sido trasladados al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot).
Un nuevo tipo de negocio, por lo menos en nuestro país, se perfila, el negocio de la importación de personas deportadas con antecedentes criminales.
Así ha comenzado el enfrentamiento entre la Casa Blanca de Trump y el poder judicial de ese país. El lunes 17 de marzo, por la tarde, comienza una audiencia sobre lo que Boasberg llama "la posible desobediencia” a su orden judicial. Los abogados del gobierno responden a Boasberg que sus instrucciones verbales no cuentan, sólo se deben seguir órdenes por escrito, y que no pueden responder a sus preguntas sobre los viajes debido a cuestiones de seguridad nacional. Lee Garlent, el abogado principal de ACLU advierte, "creo que estamos muy cerca” de una crisis constitucional.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, dice a los reporteros que aproximadamente 261 personas fueron deportadas en los vuelos, incluyendo 137 bajo la Ley de Enemigos Extranjeros. Pareciera que en la realidad ilusoria de la Casa Blanca, no todos los deportados tienen antecedentes criminales, y que 124 personas deportadas no deberían estar en el CECOT.
"Impeach that crazy liberal democrat” (destituyan a ese loco demócrata liberal), proclamó Trump, el martes 18 de marzo, en su canal de medio digital.
Sorpresivamente, el presidente del Tribunal Supremo de Estados Unidos, John Roberts, emite una inusual declaración pública rechazando los llamados a destituir a jueces. "Durante más de dos siglos, se ha establecido que la destitución no es una respuesta apropiada a un desacuerdo sobre una decisión judicial”, escribe. "El proceso normal de revisión de apelaciones existe para ese propósito”.
Extraordinario fin de semana vivido en el país ejemplo de la democracia en nuestro planeta. Un fin de semana donde los eventos suscitados por la administración Trump ponen en entredicho que este país continúe siendo una democracia. Forzando los límites del poder ejecutivo, con el beneplácito del poder legislativo. ¿Nos suena familiar?
La verdad y la democracia parecen inclinarse al poder absoluto, que parece esparcirse a través del planeta entre aquellos con suficientes recursos para financiar sus vuelos a Marte, una vez que hayan destruido la viabilidad del planeta tierra. Un nuevo mundo se acerca, un mundo donde los multimillonarios (con miles de millones de dólares) serán los reyes del mundo. Pilatos lo dijo, ¿que es la verdad?