El Salvador tiene el 11.5 % de la capacidad instalada para generar energía geotérmica de América Latina, una tecnología del club de las renovables que se obtiene a través del calor de la tierra.
En Latinoamérica solo hay siete países que generan energía con pozos geotérmicos, que en conjunto representan una capacidad instalada total de 1,772.3 megavatios (MW), según la base de estadísticas actualizadas a 2022 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
México tiene la mayor capacidad instalada, con 976 MW (55 % del total), seguido de Costa Rica con 262.66 (14.8 %) y el tercer mayor productor es El Salvador con 204.4 MW instalados en dos pozos administrados por LaGeo, una subsidiaria de Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL).
Nicaragua tiene 165.4 MW, Honduras 44 MW, Guatemala con 38.21 MW y Chile 81.63 MW.
Pionero
El Salvador fue pionero en el desarrollo de centrales geotérmicas y de los primeros en Latinoamérica.
Los estudios preliminares en geología, geoquímica y geofísica iniciaron en 1962, que se hicieron una realidad en 1975 con la inauguración de la geotérmica de Ahuachapán. En 1992 se sumó la central de Berlín, Usulután.
El pozo de Ahuachapán tiene una capacidad instalada de 95 MW mientras que Berlín dispone de 110 MW.
Sin embargo, la Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (Siget) reporta en su registro que hay tres centrales geotérmicas, con una capacidad de 209.40 megavatios, que representan el 6.8 % de los más de 3,040.7 MW de capacidad instalada total del país.
La última actualización sobre los proyectos para aumentar la capacidad de esta tecnología se conoció en febrero de 2023, cuando la CEL anunció que el consorcio inglés panameño InterEnergy construirá y operará dos nuevos pozos, uno en Chinameca, San Miguel, de 20 MW, y otro en San Vicente de 10 MW.
Desde ese anuncio, la empresa tenía 180 días para presentar la garantía de mantenimiento del precio ofertado y posteriormente se firmaría el contrato. Luego, corren 24 meses para construir los dos pozos.
Esta sería la primera inversión en el sector desde la intervención desarrollada por la italiana Enel en la central de Berlín, a inicios de la década de 2000.
De la capacidad de Berlín, la CEL cedió en 2021 un tramo 1.5 MW para un proyecto piloto de minería de bitcoins, cuya producción ha sido actualizada por el gobierno salvadoreño.