Guatemala trazó ayer con cautela y esperanza el camino a la recomposición política

Los guatemaltecos no fueron escandalosos en las urnas, pero se deslizaron cautelosos hasta demostrar que ellos habían asumido el ejercicio de iniciar la recomposición política del país, aquejada por la corrupción que frena el cambio que los ciudadanos esperan. Puntuales, a las 7:00 a.m. se asomaron a las urnas con las mascotas, con sus familias y convirtieron la jornada en una fiesta. Aunque en los centros de votación parecía que los votos mermaban, después del mediodía la historia no fue así y durante la tarde la concurrencia aumentó. Hubo reacciones de inconformes que atacaron dos escuelas en las zonas 4 y 18 con bombas caseras, lo que llevó a las autoridades a buscar resonsables y consiguieron la captura de dos hombres no identificados. También durante la jornada las autoridades confirmaron la detención de 96 infractores de la Ley seca que prohíbe la venta y consumo de alcohol, la Policía Nacional Civil de Guatemala dice que durante la segunda vuelta también capturó a otros 12 individuos por diferentes delitos, lejos de la actividad electoral. Ayer Guatemala también fue el escenario con el despliegue más grande de observadores electorales nacionales e internacionales, que no ocurría desde 1985. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) considera que este respaldo de transparencia es "una clara muestra de confianza en la democracia de guatemalteca” que ayer tuvo los ojos de 23 países representados en más de 8,000 observadores. "Este significativo número de observadores, mayor al registrado el 25 de junio (durante la primera vuelta) brinda certidumbre en el desarrollo de unos comicios con integridad, y ratifica que tenemos las elecciones con la mayor participación de observadores en nuestra historia democrática”, reiteró en TSE.