La Fiscalía indicará la semana que viene las sentencias que pide para los 51 acusados en el caso de Gisèle Pelicot, de 71 años, quien durante una década fue drogada y violada en estado inconsciente por decenas de hombres reclutados por su marido, quien filmaba los actos.
Las audiencias del juicio en Aviñón (sudoeste) fueron públicas, a petición de la propia Gisèle Pelicot, para de ese modo ayudar, según explicó, a que las víctimas de violencias sexuales "no tengan más vergüenza" y denuncien a sus agresores.
En las protestas, muchos manifestantes enarbolaba pancartas con la consigna: "La vergüenza debe cambiar de lado".
"Cuantos más seamos, más visibles seremos, esto es cosa de todos, no sólo de las mujeres", dijo en la manifestación de París Peggy Plou, una funcionaria electa local del oeste de Francia.
"Hay que promulgar rápidamente una ley sobre el consentimiento. El hecho de que alguien no diga nada no significa que esté de acuerdo" con mantener una relación sexual, afirmó Marie-Claire Abiker, una enfermera jubilada de 78 años, que también participó en la marcha en la capital.
La ley francesa define la violación como "cualquier acto de penetración sexual (...) por violencia, coacción, amenaza o sorpresa".
No hay en ella ninguna referencia al consentimiento, un asunto que cobró una importancia determinante desde el surgimiento del movimiento #MeToo a finales de la década de 2010.
La marcha de París reunió a miles de personas, en su mayoría mujeres, aunque también se veía a muchos hombres y niños.
La policía estimó que 12.500 personas participaron, mientras que los organizadores afirmaron que fueron 80,000.
También hubo actos en Marsella (sur), Lille (norte) y Rennes (noroeste), entre otras muchas ciudades.
En todo el país, la cifra de manifestantes fue de 35.000 personas, según fuentes policiales, y de 100,000, según los organizadores.
"En 2018, básicamente solo había mujeres" en las manifestaciones. "Hoy hay, digamos, un 30% de hombres. Esto es realmente una gran noticia", subrayó Amy Bah, del grupo feminista "NousToutes" ("TodasNosotras") en la marcha de Lille.
"Todos tenemos un papel" para cambiar la situación, y "especialmente los hombres", dijo Arnaud Garcette, de 38 años, quien acudió a la marcha de Marsella con sus dos hijos.
Las manifestaciones, convocadas por más de 400 organizaciones, se llevaron a la antevíspera de la celebración, el lunes, del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.