Los desafíos y las oportunidades para El Salvador en 2025

Martes 31, Diciembre 2024 - 4:10 AM

El Salvador tiene la oportunidad de consolidar los avances logrados en los últimos años y abordar sus desafíos estructurales con visión de largo plazo.

Concluido el 2024 y analizados los momentos superados, ahora es momento de pensar en los significativos desafíos que determinarán el rumbo del país en 2025. Mientras el país avanza en áreas clave como la seguridad y la inversión en infraestructura, persisten cuestiones críticas que requieren atención inmediata y estrategias sostenibles para garantizar un desarrollo inclusivo y duradero. El crecimiento económico de El Salvador ha mostrado cierta estabilidad en los últimos años, pero aún no es suficiente para las necesidades del país que requiere atraer mayores inversiones que generen empleo formal que a su vez genere prosperidad y desarrollo a la sociedad salvadoreña. Por eso será vital en 2025 promover políticas públicas que fortalezcan la educación técnica, fomenten el emprendimiento y atraigan inversiones extranjeras. Además, la diversificación de la economía, con un enfoque en sectores como tecnología, turismo sostenible y agricultura moderna, puede ser un camino hacia un crecimiento más equitativo. La estrategia gubernamental para combatir la delincuencia ha logrado avances notorios en la reducción de homicidios y la percepción de seguridad. Sin embargo, estos logros deben complementarse con reformas institucionales que aseguren la transparencia y el respeto a los derechos humanos. Una justicia independiente y el fortalecimiento de las instituciones democráticas serán fundamentales para evitar retrocesos y consolidar un entorno seguro y justo. Un desafío importante ahora que vuelve a la Casa Blanca el presidente estadounidense Donald Trump será la migración, un fenómeno central en la vida de los salvadoreños. Las remesas representan un pilar de la economía, pero también reflejan la falta de oportunidades en el país. Para reducir la dependencia de las remesas, El Salvador debe enfocarse en crear un entorno en el que las personas no sientan la necesidad de emigrar. Además, aprovechar el potencial de la diáspora en términos de inversiones y transferencia de conocimientos puede ser un activo valioso. Hay que recordar que El Salvador es altamente vulnerable al cambio climático. Las tormentas, sequías y otros fenómenos extremos afectan la seguridad alimentaria y las infraestructuras del país. Hacia 2025, el desafío radica en implementar políticas climáticas ambiciosas, incluyendo la promoción de energías renovables, la reforestación y la gestión sostenible del agua. La inversión en resiliencia climática será clave para proteger a las comunidades más vulnerables. El acceso a una educación de calidad y servicios de salud eficientes sigue siendo un reto. Para 2025, será crucial mejorar la infraestructura educativa, reducir la brecha digital y garantizar que los servicios de salud lleguen a todas las comunidades, especialmente las rurales. Estas áreas son fundamentales para construir un capital humano robusto que impulse el desarrollo del país. El Salvador tiene la oportunidad de consolidar los avances logrados en los últimos años y abordar sus desafíos estructurales con visión de largo plazo. Sin embargo, esto requerirá un esfuerzo conjunto entre el gobierno, la sociedad civil y el sector privado. Para 2025, el éxito dependerá de un liderazgo comprometido, una ciudadanía activa y una apuesta decidida por un modelo de desarrollo que priorice la inclusión, la sostenibilidad y el bienestar colectivo.