Los colores vivos de las tarántulas tienen una finalidad de
comunicación entre posibles parejas, en el caso del azul, y de camuflaje, en relación a sus llamativos tonos verdes.Una nueva investigación de científicos de Yale-NUS College y Carnegie Mellon University (CMU) también sugiere que las
tarántulas no son tan ciegas al color como se creía anteriormente, y que estos arácnidos pueden percibir los tonos azules brillantes en sus cuerpos. El estudio se publicó en Proceedings of the Royal Society BPara comprender la base evolutiva de la coloración de las tarántulas, estudiaron la expresión corporal de varias opsinas (proteínas sensibles a la luz que generalmente se encuentran en los ojos de los animales) en las tarántulas. Encontraron, contrariamente a las suposiciones actuales, que la mayoría de las tarántulas tienen casi un complemento completo de opsinas que normalmente se expresan en arañas activas durante el día con buena visión del color, como la araña pavo real.Estos hallazgos sugieren que las tarántulas, que durante mucho tiempo se pensó que eran daltónicas,
pueden percibir los colores azules brillantes de otras tarántulas. Utilizando análisis filogenéticos comparativos, el equipo reconstruyó los colores de antepasados de tarántulas de 110 millones de años y descubrió que probablemente eran azules.Además, encontraron que la coloración azul no se correlaciona con la capacidad de urticar o estridular, ambos mecanismos de defensa comunes, lo que sugiere que no evolucionó como un medio para disuadir a los depredadores, sino que podría ser un medio para atraer parejas potenciales.El equipo también descubrió que la evolución de la coloración verde parece depender de si la especie en cuestión es arbórea (habita en los árboles), lo que sugiere que este color probablemente funciona como camuflaje. La encuesta del equipo sobre la presencia de coloración azul y verde en las tarántulas arrojó resultados más interesantes. Descubrieron que la coloración azul se ha perdido con más frecuencia de lo que se gana en las tarántulas. Las pérdidas corresponden principalmente a especies que viven en las Américas y Oceanía, mientras que muchas de las ganancias corresponden a las especies del Viejo Mundo (europeas, asiáticas y africanas). También encontraron que la coloración verde ha evolucionado solo unas pocas veces, pero nunca se ha perdido.