El PSG, campeón francés, que se hallaba contra las cuerdas, tomó de oxígeno este miércoles tras remontar 4-2 ante Manchester City en la 7ª fecha de la Champions League.
Lo que al conocerse el sorteo de enfrentamientos en la remodelada Liga de Campeones apuntaba a ser un partido duro pero sin gran dramatismo, entre dos equipos que estarían peleando por el liderato del grupo único de 36 equipos, terminó siendo un duelo a todo o nada en el que la balanza cayó del lado local, en un partido que se recordará por mucho tiempo a orillas del Sena.
Jack Grealish (50) y Erling Haaland (53) adelantaron al equipo de Pep Guardiola, pero en una reacción fulgurante Ousmane Dembelé (56), Bradley Barcola (60), Joao Neves (78) y Gonçalo Ramos (90+3) tumbaron al campeón inglés, que después de una pésima racha en noviembre y diciembre parecía haber enderezado el rumbo con tres victorias y un empate en sus cuatro últimos partidos de la liga inglesa.
Deberes pendientes
Aun así, el vigente campeón de la Ligue 1 y su homólogo de la Premier dejan deberes por hacer para la última fecha y no podrán permitirse un fallo en Stuttgart y ante Brujas respectivamente, a riesgo de ver cercenada su trayectoria europea mucho antes de lo previsto.
Los parisinos afrontarán ese último duelo en Alemania en el puesto 22 con 10 puntos, dos puntos más que el City, que cierra la penúltima fecha 25º y por tanto fuera de los puestos que dan acceso al play-off, que disputan del 9º al 24º.
Desde bastante antes del inicio del partido se palpaba en el ambiente lo que había en juego entre dos clubes sobrados de dinero pero faltos de puntos en la Champions.
Los aficionados, a la llegada del autobús del PSG, realizaron un pasillo a sus jugadores con bengalas que tiñeron de rojo la fría y lluviosa noche parisina.
Un impresionante tifo con el lema de la capital francesa 'Fluctuac nec mergitur' (Batida por las olas pero no hundida) adornaba una de las tribunas del Parque de los Príncipes, que contó con espectadores destacados como los seleccionadores de Francia e Inglaterra y Francia Thomas Tuchel y Didier Deschams. Además del presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, o la estrella francesa de la NBA, Victor Wembanyama.
Una primera parte más intensa que pródiga en ocasiones bajó el telón con un gol anulado a Hakimi por un milimétrico fuera de juego previo de Nuno Mendes. Un 0-0 al descanso que no vaticinaba los seis goles que se verían en el segundo acto. Pero la batalla de la posesión la había ganado el conjunto local.
Los dos goles visitantes a la vuelta de vestuarios cernían la sombra de una nueva eliminación antes incluso de los octavos de final que tantas veces habían resultado fatídicos para los parisinos.
Grealish, que había reemplazado a Savinho, aprovechó el rechace de Donnarumma a disparo de Bernardo Silva, y Haaland se mostró oportunista para cazar un balón suelto dentro del área pequeña.
Pero entonces emergió la figura de Dembélé, suplente de inicio para sorpresa general, que entró al terreno de juego con la reanudación.
El ex del Barcelona no perdonó dentro del área un pase de Barcola para alentar las esperanzas.
Poco después, Desiré Doué estrelló un balón en el travesaño pero Barcola estuvo atento para embocar el rechace. La tarde comenzaba a exhalar un perfume de leyenda que los portugueses Joao Neves y Ramos, con un gol por la escuadra por la escuadra, se encargaron de ratificar.