Donald Trump quiere volver a ser presidente y el fin de semana asegura que si no resulta reelecto en noviembre "habrá un baño de sangre" si pierde las elecciones. Dos días después, Vladimir Putin aparece celebrando su triunfo electoral -tras encarcelar e inhabilitar a todos los candidatos opositores- y habla de que "una tercera guerra mundial está cerca". Si a este par de impresentables les agregamos a los líderes chinos, el mundo da miedo, lo pone a temblar a uno.

Dios nos guarde con Dios nos libre, como decían nuestras abuelitas. Después de finalizada la Segunda Guerra Mundial en 1945, el mundo ha vivido en lo que los internacionalistas llaman "coexistencia pacífica", pese a los conflictos recurrentes en Vietnam, Corea, Centroamérica, África y la Antigua Yugoslavia entre otros.

Hubo una época, a inicios de los 60 del siglo pasado que incluso la humanidad llegó a temer su fin si se desataba una guerra nuclear entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

Por eso cuando oigo a Trump, Putin, Netanyahu o Xi Jingping, da escalofríos. A veces da la impresión que este siglo se parece cada vez más al anterior y eso da miedo.

Lo peor es que en este mundo tan globalizado todo nos impacta. La invasión rusa en Ucrania nos subió los precios de los alimentos y del petróleo. La de Israel-Hamás igual y si China invade Taiwán, el mundo entero se verá estremecido por sus consecuencias.

Difícil ser optimista con esta realidad mundial. Difícil.