Un avión que viajaba de Gran Canaria, España, hacia Ámsterdam, Holanda, se vio obligado a aterrizar de emergencia por un inesperado inconveniente que para nada estaba relacionado con algun desperfecto mecánico.
El vuelo, de la aerolínea europea Low Cost Transavia HV5666, tuvo que desviarse luego que varios pasajeros comenzaran a vomitar y a desmayarse tras no soportar el hedor de un hombre que viajaba a bordo.
Solo minutos después de haber despegado, los pasajeros se percataron del mal olor que provenía de otra de las personas que viajaban en el avión, miembros de la tripulación trasladaron al hombre al baño con el propósito de controlar la situación; sin embargo, eso no fue suficiente ya que el hedor se había propagado por todo el avión y la gente no paraba de presentar vomitar.
“La gente vomitaba, cayó enferma (...) El hedor era gigantesco. El hombre olía fatal. Desde que llegó al pasillo, la gente comenzó a gritar y se puso a buscar pañuelos para tapar la nariz”, señaló uno de los pasajeros.
Otro de los pasajeros del vuelo relató al diario holandés “De Telegraaf” que las personas que viajaban en las últimas filas huyeron hacia la parte delantera. Rociaron botellas de perfume pero el esfuerzo fue en vano, el mal olor no desaparecía.
Debido a ello, el avión tuvo que aterrizar en Faro, al sur de Portugal, y ya en tierra, el pasajero fue sacado a la fuerza y trasladado a un hospital en una ambulancia. Luego, un equipo de limpieza se encargó de desinfectar el avión.
