El jugador de origen costarricense, Erick Cabalceta fue convocado por Hugo Pérez para el primer micro ciclo de trabajo de cara al debut en la Liga de Naciones de la Concacaf ante Granada, por lo que aprovechó para tomarse la fotografía con el “Mágico”. “Con el mágico González”, escribió el jugador acompañado de la fotografía.

Erick Cabalceta es el segundo jugador nacido en Costa Rica que es convocado por Hugo Pérez para representar a El Salvador (Christian Martínez).

HISTORIA MÁGICA.

El primer partido con El Salvador de Jorge González, fue el 19 de noviembre de 1976 en un partido amistoso frente al Setubal de Portugal en el estadio Cuscatlán que perdió por 1-2. No pasó mucho cuando obtuvo su primer gol con la Selecta el 24 del mismo mes y año ante el Independiente Medellín de Colombia que vencieron los nacionales 4-2.

Sus éxitos con la selección salvadoreña llegaron con el combinado sub-23 en los Juegos Centroamericanos San Salvador 1977 donde González marcó cinco goles en cinco partidos para lograr la medalla de oro con 19 años de edad. Con la categoría mayor debutó en las eliminatorias mundialistas el 1 de diciembre de 1976 en el empate 1-1 ante Costa Rica para Argentina 1978. También marcó su primer tanto con El Salvador en un premundial en la victoria por 3-2 ante Surinam.

No pudo lograr con El Salvador la clasificación al mundial Argentina 1978, pero si para España 1982 donde brindó una gran actuación anotándoles cuatro tantos en la serie ante Panamá. Uno en suelo canalero y un hat-trick en el estadio Cuscatlán. Ambos fueron ganados por la “azulita” 1-3 de visita y 4-1 en casa.

En el mundial España 1982 estuvo ante la mirada del mundo, pese a las derrotas ante Hungría por 10-1, Bélgica 1-0 y Argentina 2-0. Tras esta justa internacional, equipos como Atlético de Madrid, el Cádiz, Aurora F.C., Comunicaciones, los Ángeles Aztecas, Club Universitario de Perú y el Paris Saint-Germain (PSG) buscaron ficharle. Este último estuvo cerca, pero González no se presentó a firmar el contrato.

El “Mago” por problemas con el idioma francés decidió inclinarse por el Cádiz, de la primera categoría de El Salvador. Fue amor a primera vista, ya que González con sus goles y la afición gaditana con sus aplausos y el ambiente de la ciudad que encantó al futbolista salvadoreño fue la mejor lealtad que el balompié vio en su historia.