París era una fiesta. Tal como la había anticipado Ernest Hemingway justo hace 60 años, en uno de sus títulos más reconocidos. Claro, en 1964, cuando se publicó póstumamente esta novela autobiográfica del célebre escritor estadounidense, estaba claro que no se refería a los Juegos Olímpicos del año 2024.

Y sí, con la ceremonia inaugural, París definitivamente fue una fiesta. Después, cada uno le fue agregando adjetivos según los gustos: fiesta maravillosa, abominable, espectacular, lamentable, inolvidable, majestuosa, decadente y hasta descartable.

Es que no fue una ceremonia más, y no solo porque rompieron el molde al sacar la inauguración del estadio y trasladarala a las orillas del Sena, donde las delegaciones se pasearon ante la exclusiva clase acomodada francesa que ocupó las tribunas principales por unos módicos 2,700 euros por boleto.

Por la televisión
El público en general lo tuvo que ver por televisión, porque ante el temor de un posible ataque terrorista la organización quintuplicó la seguridad con policías y militares armados hasta los dientes y decidió cercar todo y cerrar la circulación entre los puentes del mítico río.

No había bar, restaurante, negocio que no estuviera siguiendo la transmisión de televisión, a cargo del canal público France 2. En los hogares habrá sido igual, porque luego se confirmó que ceremonia de apertura fue vista por 22 millones de espectadores, la segunda más alta de la historia después de la final del Mundial 2022 entre Francia y Argentina. La estadística seguramente no dirá que frente a una misma pantalla, en algunos restaurantes, se paraban grupos de gente a seguir el paseo náutico de las delegaciones y el espectáculo posterior, donde París rindió homenaje a su propia historia.

Esos momentos emotivos, como el encendido del pebetero olímpico, las actuaciones de Celine Dion y Lady Gaga, las apariciones de Zinedine Zidane, Rafael Nadal, Serena Williams, Carl Lewis y Tony Parker, contribuyeron para ganar adeptos a los adjetivos fiesta majestuosa, maravillosa, espectacular...

Ya en sábado por la mañana, desayunando con los periódicos en mano, uno puede dar fe de ello. Libération, de tendencia izquierdista, habla de una "grandiosa que ha roto todos los códigos a lo largo del Sena", aunque no se olvida de la lluvia y el caos ferroviario originado por un sabotaje.

Los periódicos franceses y el español El País. / Claudio Martínez
Los periódicos franceses y el español El País. / Claudio Martínez


"Impresionante", titula el diario capitalino Le Parisien, junto a una imagen de las celebraciones en la torre Eiffel, y le dedica las primeras 36 páginas (tiene 56) a los Juegos Olímpicos. Para Le Figaro, fue “un espectáculo lleno de sorpresas, pero a menudo deshilvanado". Y Le Monde agrega: "Un espectáculo total sobre el Sena y bajo el diluvio.
De los internacionales, el italiano Gazzetta dello Sport la describe como "Una superproducción a orillas del Sena" y El País, el periódico español, asegura que "París maravilla al mundo bajo el diluvio". Eso sí, habla de "la ceremonia de inauguración más atrevida que se recuerda". Y precisamente por eso, muchos creen que el atrevimiento traspasó algunos límites.

Drag queens y otras “herejías”
En las redes sociales fue muy comentada la presencia de Aya Nakamura. Esta célebre cantante francesa de origen maliense, que actuó en la inauguración, fue criticada en los últimos meses por la extrema derecha. Y ni hablar de la presencia de 'drag queens', que recrearon la Última Cena de Jesucristo con sus apóstoles. Como si fuera poco, el cantante Philippe Katerine aparecía pintado de azul y casi desnudo sobre una mesa. Eso, para algunos, era Sodoma y Gomorra en plenos Juegos Olímpicos.

Drag queens, el momento más polémico de la ceremonia.
Drag queens, el momento más polémico de la ceremonia.


“Inaceptable, irrespetuoso, infame! Usar la imagen de la Última Cena en los Juegos Olímpicos de París es un insulto para los que somos cristianos. ¿Dónde queda el respeto por las creencias religiosas?”, se quejó Javier Tebas, presidente de La Liga. No fue el único, aunque casi todos en redes sociales.

Y París fue una fiesta. ¿Una fiesta Majestuosa o decadente? ¿Brillante o infame? ¿Maravillosa o deplorable? Cada cual elegirá la opción que más le parezca. ¿Lo más importante? Empiezan los Juegos, el deporte... ¡A eso vinimos!