Cinco días después de que la ucraniana Marta Kostyuk no saludara a la bielorrusa Aryna Sabalenka, su compatriota Elena Svitolina rechazó dar la mano a la rusa Anna Blinkova, este viernes en Roland Garros tras derrotarla, pero sí levantó su pulgar como gesto amistoso.

Ganadora en tercera ronda por 2-6, 6-2 y 7-5, Svitolina se acercó a la red, pero evitó el contacto físico con su oponente. A unos metros le enseñó su dedo pulgar.

Desde las gradas de la pista Simonne-Mathieu se escucharon abucheos, aunque sin quedar claro a quién iban referidos.

Rápidamente los abucheos dieron paso a los aplausos para Svitolina, muy apoyada durante todo el partido.

Desde el comienzo de la guerra, es habitual que las jugadoras ucranianas rechacen saludar a las rusas y bielorrusas como forma de protesta hacia las instancias que dirigen el tenis mundial, al juzgar que su posición no ha sido todo lo tajante que ellas desearían.

El domingo, en el partido que abrió el torneo en la Philippe Chatrier, la ucraniana Kostyuk ignoró a la bielorrusa Sabalenka tras su derrota, provocando los abucheos del público.

"¡La gente debería tener vergüenza!", declaró Kostyuk en la rueda de prensa posterior al partido.