La gremial advirtió la semana pasada que buena parte de los cafetales se encuentran en estrés hídrico por el retraso del inicio del invierno. Las fincas más afectadas son las de bajío, ubicadas a 800 metros sobre el nivel del mar, de la zona de oriente y en Ahuachapán.
En un comunicado publicado en redes, la gremial emitió un paquete de recomendaciones para reducir potenciales pérdidas en la cosecha 2023-2024, que iniciará en octubre próximo, pero que los productores comienzan a preparar el terreno desde las primeras lluvias del invierno.
A diferencia de otros cultivos, los caficultores tienen más dificultades para regar las plantaciones, por lo que la gremial recomienda construir reservorios y cosechar agua. Además, explica que lo más adecuado para sembrar una nueva planta es cuando hayan caído hasta 100 milímetros de lluvia, así como aplicar fertilizantes.
La Acafesal recomienda no sembrar ni aplicar insumos (abonos o fertilizante) durante la canícula. Para reducir la pérdida de humedad en los cafetales, los productores pueden sembrar árboles de sombra y dejar la hojarasca en surcos.
Sergio Ticas, presidente de la gremial, explicó que los árboles dieron flores por las lluvias tempranas de febrero y abril, pero, debido a la sequía de este mes, se han debilitado y sufren una “especie de aborto”. “Comienza a causar daños en nuestros cafetales”, agregó.