El proceso es muy caro o no le ven los beneficios son las principales razones por las cuales las pequeñas y medianas empresas (pymes) lideradas por mujeres no se formalizan en El Salvador, concluye un estudio de WEConnect International.

La investigación se elaboró en el marco del proyecto We3A, que busca fortalecer las capacidades y las cadenas productivas de mujeres empresarias en Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Honduras, Ecuador y Guyana. El estudio exploró en estos seis países los principales desafíos de las pymes de mujeres para acceder a servicios financieros, aporte en la economía, generación de empleos y barreras en la comercialización.

De las pymes encuestadas en El Salvador, el 27 % tiene entre cinco y 10 años, un 23 % de dos a cinco, 20 % tiene menos de dos años y 18 % va de 10 a 20 años de existencia.

Una de las conclusiones de este estudio plantea que el 54 % de las pymes de mujeres no se formaliza porque no puede sufragar el proceso. Citando el Doing Business del Banco Mundial, el informe plantea que el proceso “puede ser oneroso” con un promedio de $1,475, además que conlleva mucha tramitología para obtener las licencias comerciales.

Ese costo, sin embargo, no incluye honorarios profesionales a los abogados que se encarguen de las reservas y redacción de los documentos, ni los seguros de riesgos fiscales y laborales.

Un 32 % de las pymes de mujeres plantea que no le ve un beneficio a la formalización, un 15 % no ha tenido tiempo y un 23 % no precisó motivos.

A pesar de los retos señalados, agrega el informe, un 77 % de las encuestadas tiene registro comercial y 23 % se encuentra informal.

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Desafíos.

WEConnect International señala que la falta formalización “puede estar obstaculizando el acceso de las pymes de mujeres a los servicios financieros, a las cadenas de suministro globales, a la contratación pública y a la oportunidad de obtener una certificación de propiedad de mujeres”.

En ese sentido, las pymes de mujeres tienen definido cuáles son barrera para su operación, comenzando con el acceso a productos financieros, como cuentas de ahorros y préstamos, así como trámites burocráticos, costos de las operaciones, falta de infraestructura empresarial e incluso la “percepción cultural adversa hacia las mujeres en negocios”.

Peso en la economía.

La investigación encontró que el 68 % de las pymes de mujeres se encuentra ubicadas en San Salvador, lo que tiene correlación con la mayor concentración de la población. Los departamentos de Usulután y Ahuachapán apenas representan un 1 %.

A pesar de que las pymes de mujeres no suelen figurar en el ecosistema económico, el estudio revela que son importantes generadores de empleos. El 67 % tiene de uno a cuatro colaboradores, 20 % nueve, 10 % genera 49 empleados y 3 % es fuente de ingreso para 300 personas.

Un 43 % genera ingresos anuales por hasta $10,000, un 24 % de $50,000 y 20 % por unos $200,000. Un 7 % prefirió no contestar y solo un 6 % dijo que sus entradas llegan cerca del millón de dólares.