De acuerdo con el registro del BCR, es el desempeño más bajo desde el primer trimestre de 2022, cuando reportó una tasa de un 0.94 %.
En los últimos dos años, la construcción se ubicó como uno de los principales motores económicos, con crecimientos trimestrales que superaron la cota de un 20 %. En el primer trimestre de 2023, registró un repunte de un 20.36 %, para seguir en el segundo con un 23.9 %, en el tercero de un 13.2 % y en el cuarto con un 14.7 %.
La desaceleración de la industria fue “influenciada porque en el proceso electoral, de acuerdo con la ley, no se permite la contratación ni la divulgación de los proyectos que se realizan para evitar que estos incidan en la población salvadoreña”, dijo Douglas Rodríguez, presidente del BCR.
El funcionario explicó que el crecimiento estuvo apalancado por un incremento en la construcción privada residencial en vertical, así como por la ejecución de obras públicas viales y educativas.
“También se registró una desaceleración en los precios de los insumos como PVC, hierro, polín, bloque de concreto, lavamanos, gasolina, entre otros, que benefició esta actividad económica”, dijo Rodríguez.
Peso en la economía
La construcción se considera un “tractor” en la economía, ya que su desempeño desencadena la demanda de otros rubros, como minas y canteras, energía, transporte o agua.Este sector representa un 13 % del Producto Interno Bruto (PIB) y es responsable de más de 120,000 empleos, entre directos e indirectos. En palabras de la Cámara Salvadoreña de la Construcción (Casalco), la industria es la “cara visible del desarrollo de una inversión”.
A inicio de 2024, Casalco previó que el sector se mantenga con un crecimiento de un 15 %, principalmente por la estabilización de los precios después de dos años de turbulencias tras la invasión rusa en Ucrania, que disparó el costo del petróleo y el hierro.
La Casalco ha rastreado más de $700 millones de inversión para 2024, entre proyectos residenciales y comerciales, así como de infraestructura pública.