Las exportaciones de textiles de El Salvador y de Honduras muestran rezagos de complejidad cuando se comparan con China y Vietnam, los principales proveedores de Estados Unidos, señala un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Citando al Atlas de Complejidad Económica de Harvard, el reporte del multilateral plantea que el 50 % de las exportaciones textiles de ambos países se concentra en productos de baja innovación como camisetas (T-shirts), jerséis y sudaderas de punto. En contraste, los bienes de mayor peso (los calzados) de la industria de China y Vietnam no superan el 5 % y 15 %, respectivamente.

El análisis del BID plantea que para los países del Triángulo Norte centroamericano es más sencillo explorar en más productos textiles que incursionar en nuevas industrias no establecidas porque tienen ventajas como el “know-how” -saber hacer-, un posicionamiento en Estados Unidos y una ubicación más cercana con huso horario similar.

Entre los principales productos que El Salvador exporta predominan la industria textil. El artículo más vendido es precisamente los suéteres con una participación del 11.5 % y al cierre de 2022 se enviaron más de $819.1 millones.
El segundo producto más vendido corresponde a las camisetas con $529.1 millones (7.4 %) y luego, en la posición número ocho, aparecen las calzas y calcetines con $163.5 millones (2.3 %), según el Banco Central de Reserva (BCR).

Un ejercicio para El Salvador plantea que la industria nacional tiene oportunidades de crecer en las exportaciones de hilos de coser de filamentos sintéticos, asientos, muebles y sus partes, carpas y lonas, así como productos textiles acolchados, fibras sintéticas, telas de encaje y tejidos metálicos.

Si El Salvador vendiera a Estados Unidos el 5 % de lo que importó en asientos en 2021, las exportaciones aumentarían $1,481 millones, plantea el BID.

recuadro exportaciones
recuadro exportaciones

Los tres sectores de más oportunidades

El estudio del BID explora también las estructuras productivas de los países de Centroamérica e identificó que los rubros de agroindustria, la construcción y el turismo tienen el mayor potencial de crecimiento.

En el caso de El Salvador, estos tres sectores generan el 23.7 % de la actividad económica, sobre todo la industria de la construcción por una mayor demanda inmobiliaria de la comunidad de salvadoreños en el extranjero y el turismo que fue ancla de la economía en 2022.

Según el ejercicio del BID, por cada $1 adicional que aumente la producción del sector agroindustria se genera un multiplicador de $1.72 al considerar su interrelación con el resto de rubros de la economía.

Para la construcción el multiplicador es de $1.44 y en el caso de turismo es $1.74. El informe del BID señala que también hay otros rubros con efecto multiplicador, como la ganadería y el textil con un 2.4 % y 6.3 % de la producción bruta.

Sin embargo, para el despegue de estos sectores se deben crear ciertas condiciones, plantea el BID. Para el sector agroindustrial, expone en su reporte, se puede canalizar la inversión a infraestructura de irrigación, programas fitosanitarios, acceso a información técnica y nuevos mercados.