Tres años después de condiciones restrictivas, el mercado internacional abre nuevamente sus puertas a El Salvador en medio de un entusiasmo por el acuerdo con la banca privada para extender los vencimientos de la deuda de corto plazo y la “llegada” de Google Cloud.

La última vez que El Salvador salió al mercado internacional fue en julio de 2020, en medio de la emergencia sanitaria por el covid-19, con una emisión de $1,000 millones que colocó a una tasa de interés de 9.5 %, la más alta desde 2002.

Después de esto, las condiciones se deterioraron ante el temor de que el Gobierno no pudiera cumplir con sus obligaciones, principalmente el pago de $800 millones de bonos en enero de 2023.

El Indicador de Bonos Emergentes (EMBI) se disparó a cifras inéditas, con un máximo en 35.12 puntos (un cálculo de interés si hubiera emitido deuda) el 15 de julio de 2022. Poco a poco esa cota se ha reducido y el 7 de septiembre de 2023 se situó en 7.75 puntos, muy similar a los niveles que se tenían en 2021.

“Detrás de este descenso está una recuperación de la confianza de los mercados en el país”, señaló Carlos Acevedo, expresidente del Banco Central de Reserva (BCR).

Detrás del telón.

A la “buena imagen” de El Salvador contribuyó, explicó el economista, la recompra de bonos de 2022 y que el Gobierno ha mostrado “una voluntad muy clara de honrar la deuda”. Contribuye además la reducción del déficit fiscal desde el histórico 9 % del Producto Interno Bruto (PIB) de 2020 y que la recaudación tributaria se mantiene en crecimiento.

Para Ricardo Castaneda, economista sénior del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), convergen también las condiciones del mercado que han reducido el perfil de riesgo para las economías emergentes.

“El Salvador es el que ha tenido la mayor reducción considerando de dónde vivimos, que eran en elementos prohibitivos”, explicó Castaneda.

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El mercado reaccionó con beneplácito la semana pasada a la decisión del Ministerio de Hacienda de aceptar una propuesta de la banca para cambiar los vencimientos de un año plazo de $1,500 millones de deuda a estructuras de dos, tres, cinco y siete años.

Esto derivó en un repunte de los bonos desde que se anunció la propuesta el 24 de agosto: la emisión de 2025 aumentó 2.5 %, la de 2027 un 5.8 % y la de 2032 un 9.8 %.

Los analistas creen que también ha ayudado el anuncio de que el Gobierno contratará los servicios de Google Cloud, por $500 millones en siete años, para digitalizar los servicios públicos en educación y salud.

Después de pleitos, una reconciliación.

Varios funcionarios, principalmente el exministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, discrepaban de los resultados del EMBI, bajo el argumento que se encontraba en similares niveles como Ucrania, un país sumergido en guerra con Rusia.

El EMBI es un producto del banco J.P. Morgan Chase, el más grande de Estados Unidos, creado en 1990 como un termómetro del mercado que mide qué tanta capacidad tiene de pago un mercado emergente como El Salvador.

Para esto calcula la diferencia de cuánto tendría que ofrecer si sale a emitir deuda en comparación con los bonos del Tesoro, considerados libres de riesgo.

Después de registrar niveles récord “hay un cambio en el sentimiento del mercado hacia El Salvador”, añadió Acevedo, quien cree que el EMBI se reduce tres puntos más y llega los niveles que se tenía en abril de 2021, cuando se situaba en cinco puntos, el Gobierno ya no necesitaría un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para salir a emitir deuda.

“Claro, un acuerdo con el Fondo le ayudaría a colocar en mejores condiciones, pero ya no sería necesario”, dijo.