El Banco Mundial mantuvo su previsión de un crecimiento del 4 % para El Salvador en 2022.

El multilateral, con sede en Washington, publicó este día sus Perspectivas Económicas Mundiales para 2022, un informe que pone de manifiesto que las economías entran este año a una pronunciada desaceleración tras el rebote experimentado el año pasado y advierte asimismo de potenciales riesgos en la medida que la variante ómicron se esparce por el mundo.

Para El Salvador, el Banco Mundial estima que su Producto Interno Bruto (PIB, que mide la producción de bienes y servicios) crecerá 4 % para 2022, la mitad del 8 % que estima que se expandió en 2021.

Esta proyección no sufrió variación de la última actualización de las perspectivas publicadas por el multilateral en octubre del año pasado. Es además similar a la tasa esperada por el Banco Central de Reserva (BCR).

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El exponencial crecimiento de 2021 se explica porque los indicadores económicos experimentaron un “rebote” tras cerrar el 2020 en negativo por la pandemia del covid-19, como fue el caso de las exportaciones salvadoreñas que hace dos años cayeron pero a lo largo del 2021 registraron volúmenes históricos no vistos en 27 años.

El Banco Mundial mantuvo su pronóstico de crecimiento para Honduras y Nicaragua en 4.4 % y 3 %, respectivamente. En cambio, para Guatemala lo redujo de un 4.1 % previsto en octubre de 2021 a un 3.9 %.

Solo se mejoró la proyección para Panamá, cuya economía crecerá 7.8 % en 2022, un aumento de tres décimas frente al 7.5 % que vaticinó en su informe de octubre del año pasado.

De esa manera, El Salvador será la tercera economía con mayor crecimiento para 2022, detrás de Panamá y Honduras.

Ómicron y cadena de suministro, los riesgos para 2022.

El Banco Mundial rebajó su perspectiva de crecimiento mundial en 0.2 puntos porcentuales a 4.1 % en 2022 y 3.2 % en 2023.

En tanto, para América Latina y el Caribe se prevé que caiga a 2.6 % este año y a 2.7 % en 2023.


Su nuevo escenario se explica por la rápida propagación de la variante ómicron, que ha ocasionado nuevas restricciones en los países europeos y en Estados Unidos. También pesa la marcada desaceleración los embotellamientos en la cadena logística que mermará la demanda externa para las economías emergentes y en desarrollo.

La economía mundial se enfrenta simultáneamente a la covid-19, la inflación y la incertidumbre respecto de las políticas; el gasto público y las políticas monetarias se adentran en un territorio desconocido. El aumento de la desigualdad y los problemas de seguridad son particularmente perjudiciales para los países en desarrollo”.

David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial.


En ese sentido, las dos mayores potencias mundiales verán una baja en su dinámica económica para 2022. Para Estados Unidos, el Banco Mundial prevé una tasa del 3.7 % (una baja de 0.5 % desde su proyección de octubre) mientras que para China se espera un 5.1 % (0.3 % inferior).

El organismo también señaló que la inflación afecta principalmente a los trabajadores de bajos ingresos, un indicador que en 2021 tocó su nivel máximo desde 2008 para varias de las economías avanzadas y desde 2011 para las emergentes y en desarrollo.

"La inflación persistente y un endurecimiento aún más rápido de la política monetaria podrían conducir a un crecimiento más débil de lo esperado", advirtió el Banco Mundial en su informe.