Los centros de reciclaje o de acopio se han convertido en los últimos años en una oportunidad ambiental para reutilizar correctamente diferentes tipos de materiales, al mismo tiempo que generan empleo para decenas de personas en El Salvador.

Tener un negocio que ayude al medio ambiente y sea rentable laboralmente fue el sueño de Douglas Roque hace más de dos décadas, cuando decidió emprender en su vehículo y comenzar su empresa, denominada Recitodo.

Roque señala que la curiosidad por establecer su propia empresa surgió luego de laborar en un negocio donde recolectaba desechos sólidos. Fue hace 22 años cuando este salvadoreño decidió emprender, junto a su vehículo año 1974, la recolección de productos aptos para el reciclaje por las calles de San Salvador.

Con el paso del tiempo, este recolector fue ganando terreno en el mundo del reciclaje, hasta que una escuela, del municipio de Quezaltepeque, se convirtió en su primer cliente fijo cuando decidió comenzar a venderle desechos, como botellas plásticas, que agrupaban entre todos los estudiantes.

“Fue cuando inicié con la escuela (que contraté a la primera persona) porque había que llenar los jumbos y al camión le debíamos meter 24 jumbos”, señaló Roque.



Recitodo encontró en Invema, un parque industrial verde, un aliado para contribuir al reciclaje en El Salvador y para ampliar las oportunidades en el sector.

Roque ha visto en Recitodo la transformación, pues pasó de laborar él sólo a contratar actualmente a 14 colaboradores y sumar ocho camiones a su flota.

A la fecha, aproximadamente 40 clientes son atendidos en el centro de acopio y la mejor temporada es en diciembre, cuando las oficinas y empresas descartan papelería en exceso como parte de sus inventarios.

El empresario destaca la labor importante que realizan los colaboradores, quienes se encargan de organizar cada tipo de producto, como papeles y latas, para, posteriormente, ser transportados al parque industrial verde.

Parte de un movimiento.

La cantidad de chatarreras y centros de reciclaje que se han registrado en el país ha cobrado fuerza en los últimos años. El Banco Central de Reserva (BCR) señala que desde 2019 hasta octubre de 2023 unos 45 negocios de este tipo se establecieron en el país.

Los datos gestionados por Diario El Mundo, a través de una solicitud de acceso a la información pública, señalan que el 75.6 % de los centros de reciclaje registrados en dicho periodo está ubicado en el departamento de San Salvador, un 20 % está en La Libertad y el 4.4 % en Sonsonate.

Además, un 46.7 % de este tipo de negocios es catalogado como microempresas, un 31 % entra en la categoría de pequeñas, un 20 % es de medianas y el restante 2.2 % corresponde a grandes empresas.



En El Salvador, diversas entidades como la Fundación Empresarial para la Acción Social (Fundemas) trabajan por impulsar proyectos sociales en donde la sostenibilidad vaya de la mano con la labor empresarial.

Recitodo forma parte desde hace años del proyecto Reciclaje Inclusivo, impulsado por la Fundemas, con capacitaciones tanto a este negocio como a los clientes que realizan la labor de recolección de desechos en las calles.

Roque señala que gracias a Fundemas y sus cooperantes cambiaron el techo de su centro de acopio en 2022, y obtuvieron una báscula donada hace más de tres años.

La gerente de Medio Ambiente de Fundemas, Maythe Cornejo, explicó que el programa incluye jornadas de capacitaciones y entrega de maquinaria para hacer más eficiente el proceso de recolección y pesado.

Fundemas ha fungido con el brazo derecho para Recitodo, un negocio con el que Roque sacó adelante a sus tres hijos y que se visualiza a futuro como un lugar en donde se realice toda la línea de productos terminados.