La Oficina Nacional de Estadística anunció el viernes un crecimiento del 5% del producto interior bruto el año pasado, ligeramente por debajo del 5.2 % de 2023.
Aunque cumple con el objetivo de crecimiento de "alrededor del 5 %" fijado por las autoridades, es el peor rendimiento de la economía china desde 1990 si se dejan de lado los años de la pandemia.
Según analistas consultados por la AFP, esta desaceleración continuará en los próximos dos años, con un crecimiento del 4.4 % en 2025 y una caída por debajo del 4% en el siguiente.
Esta evolución se enmarca "en una grave y complicada coyuntura en la que aumentan las presiones externas y las dificultades internas", dijo el órgano estadístico.
"Los efectos adversos causados por la coyuntura externa están aumentando, la demanda doméstica es insuficiente, algunas empresas tienen problemas en la producción y la operación y la economía todavía enfrenta dificultades y desafíos", afirmó.
La segunda economía mundial no consigue repuntar de la pandemia a pesar del levantamiento de las medidas restrictivas anticovid que lastraron durante años la actividad.
El consumo interno no remonta, la crisis del crucial sector inmobiliario persiste y los gobiernos locales se hunden en deudas.
En una de las pocas noticias positivas, los datos oficiales mostraron esta semana que las exportaciones de China alcanzaron un récord histórico el año pasado.
Pero la sombra de los aranceles que ha prometido Donald Trump cuando sea vestido la próxima semana como presidente de Estados Unidos amenaza este pilar de la economía china.
"Crisis de confianza"
Las autoridades introdujeron una serie de medidas en los últimos meses para impulsar la economía, como el recorte de tasas, la flexibilización de la deuda de los gobiernos locales y subsidios a la vivienda.El banco central del país ha indicado recientemente que los recortes de tipos de interés continuarán en 2025 en el marco de una nueva política monetaria "moderadamente laxa".
Pero los analistas advierten que hacen falta más esfuerzos para impulsar el consumo doméstico, especialmente ante los nubarrones que acechan desde Washington al comercio exterior.
"El apoyo a la política monetaria por sí solo es poco probable que arregle la economía", dijo a la AFP Harry Murphy Cruise, de Moody's Analytics.
"China sufre una crisis de confianza, no una de crédito. Las familias y las empresas no confían en la economía para pedir préstamos, indistintamente de lo barato que sea hacerlo", afirmó.
Los datos publicados por la Oficina Nacional de Estadística confirman el problema en el consumo interno.
Las ventas minoristas, indicador clave del sentimiento de los consumidores, crecieron un 3.5 % en 2024, un importante retroceso respecto al 7.2 % del año anterior.
En cambio, la producción industrial mejoró del 4.6 % de 2023 al 5.8 % de este año.