El “mundo complejo” que se vislumbra para este 2023 golpeará con fuerza a la economía salvadoreña, que ya se enfrenta a una desaceleración, advirtió ayer el economista y expresidente del Banco Central de Reserva (BCR), Mauricio Choussy.

Los magros escenarios mundiales que se avecinan “definitivamente tendrán un efecto”, alertó el economista en la entrevista de Frente a Frente, quien cree que la crisis no solo lastrará los indicadores macroeconómicos, sino también los sociales y los políticos.

Para el economista, entre los elementos que forman la “tormenta perfecta” está el riesgo de una escalada en la violencia entre Ucrania y Rusia, menor crecimiento en China por nuevos casos covid-19 y su crisis inmobiliaria, el conflicto político por la soberanía de Taiwán y China, y un recrudecimiento en los efectos del cambio climático. Sobre este último elemento, señaló que el año pasado poca atención se prestó cuando los ríos se secaron en Europa y en China, afectando al comercio mundial.

Esto ha llevado a que los bancos centrales de las grandes economías y los multilaterales teman una nueva recesión económica. En el caso de El Salvador, consideró Choussy, “se ve claramente que vamos a una desaceleración”, es decir, que sí crecerá, pero lo hará a una tasa mucho más baja que la registrada en 2022. “Yo creo que nos quedaremos con 1.3 %”, dijo.

Seguridad y situación fiscal.

En medio del caldo de crisis, el economista catalogó como positivo una mejora en el clima de inversión medido a través de una encuesta de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).

“Eso quería remarcarlo porque creo que es interesante, esperamos que haya interés de más inversión”, subrayó, aunque reiteró que la atracción de capitales extranjeros se queda lejos de las necesidades del país para asegurar el crecimiento y más empleos.

El repunte de negocios dedicados al turismo es un reflejo del control de la violencia, así como la dinámica de las pequeñas y medianas empresas (pymes). “Es evidente cómo los salvadoreños somos unos empresarios natos, están surgiendo pequeñas empresas por todos lados y eso va a traer mayor actividad económica”, agregó.

Choussy es de la idea que los altos niveles inflacionarios pesan más que el endeudamiento, un renglón donde criticó que el análisis se centrara el año pasado en el entorno fiscal. Eso “no quiere decir que no tenemos que buscar una solución a ese problema”, advirtió.

De igual manera, el economista consideró como positiva la reducción del déficit fiscal en 46 % -incluyendo los compromisos de pensiones-, atribuido en buena medida al crecimiento en la recaudación tributaria “sin aumentar impuestos”.

“Hay que reconocer que ha habido un esfuerzo fiscal y que se logró pagar el bono (de 2023) a tiempo, es otra cosa que ha sido una muestra de responsabilidad fiscal que quizás los mercados no han valorado de la manera que deberían de valorarlo”, subrayó.