Dos años después de que Volaris El Salvador despegara su primer avión el 15 de septiembre de 2021 hacia la Ciudad de México, la aerolínea se ha convertido en la segunda de mayor operación en el Aeropuerto Internacional de El Salvador.

Volaris El Salvador es pionera en el segmento de bajo costo, un concepto que nació en la década de 1990, pero que se popularizó a partir de 2000 cuando la idea de volar se volvió más una necesidad que un lujo. Consiste en ofrecer boletos más económicos que las compañías de “legacy” a cambio de sacrificar algunos beneficios, aunque más recientemente las aerolíneas tradicionales han copiado este modelo en su afán por sobrevivir a la férrea competencia.

Mientras que en la región el modelo tropieza, Volaris El Salvador consolidó un crecimiento de un 68 % en los primeros ocho meses de 2023, con más de 403,000 pasajeros transportados. La cifra supera incluso a los más de 381,000 de todo 2022, cuando solo tenía dos aeronaves.

Superada solo por Avianca, Volaris es la segunda con más operaciones de las 14 aerolíneas que tiene vuelos en el aeropuerto salvadoreño, ubicado en San Luis Talpa, La Paz. Es, sin embargo, la primera estrictamente en el modelo de bajo costo.

Ronny Rodríguez, director de Desarrollo Corporativo de Volaris, recuerda que la aerolínea con bandera salvadoreña nació bajo la primicia de abaratar los costos de viajar como si fuera en bus y democratizar la aviación.

Crecimiento en capacidad.

Actualmente, la aerolínea de bandera salvadoreña tiene 12 rutas y atienden 16 operaciones diarias.
En el istmo conecta con Ciudad de Guatemala, San José (Costa Rica), San Pedro de Sula en Honduras, y con Ciudad de México y el destino paradisíaco Cancún.

Fue hasta febrero de 2022 que la compañía recibió el permiso como operador aéreo extranjero por parte del Departamento de Transporte de Estados Unidos y, a la fecha, conecta con siete de las ciudades con más población salvadoreña.

Entre los destinos se encuentran Los Ángeles, Washington, Nueva York, Houston, Oakland, Ontario (California) y Miami (con escala en San Pedro de Sula).

En noviembre, además, iniciará operaciones una ruta a Chicago con escala en Guatemala, que abrirá las puertas a la industria aérea a más de 70,000 salvadoreños y guatemaltecos radicados en Illinois.
“Confirman una creciente confianza de los salvadoreños y centroamericanos, que han convertido al modelo de aviación de bajo costo en su nueva forma de volar”, añadió Rodríguez.

La aerolínea incorporará un nuevo avión a su flota en el transcurso del año, conformada actualmente por tres Airbus A32 Neo. El último llegó en julio pasado y le permitió a Volaris aumentar su oferta mensual de sillas en un 70 %.

Volar, un privilegio.

“Nos sentimos más que complacidos” con los resultados, señaló el ejecutivo, quien cree que la aerolínea es la “responsable de la diáspora”.

En los dos años de operaciones se han transportado más de 618,000 pasajeros, de los cuales 67,980 (el 11 %) corresponden a pasajeros que bajaban por primera vez. El flujo se ve favorecido por más salvadoreños residentes en Estados Unidos, con un hábito de traer varias maletas con regalos.

Rodríguez aseguró que el precio de un trayecto a Centroamérica es de $34.5 en promedio, pero este valor se ve alterado en gran medida por las tasas impositivas. De esa manera, en su portal web se encuentran vuelos a Guatemala de $144 en adelante, de los cuales $74 corresponden solo a impuestos.

El dato

Volaris El Salvador es la primera aerolínea en el modelo de bajo costo. Compite con las estadounidenses Spirit y Frontier. También está Arajet, pero su mercado es exclusivo a R. Dominicana.